Clase IV Verdad, Hermana de goce

Comienza con una afirmación donde alude al tejido del discurso, donde dice que éste encierra algo:
        “en el mundo del discurso, no hay nada que sea todo” p. 57

        Esta afirmación empalma con el final de la clase donde retoma el tema por el lado de que ningún sistema lógico es consistente, y justamente entiendo que alude justamente en que allí radica su movimiento, su fuerza.

        En la misma página hace alusión al término reverso: “Reverso está en asonancia con Verdad” 
        Respecto de este punto también cierra la clase afirmando por qué afirma que: “La Verdad es hermana de goce”, justamente en el punto de tomar el goce como prohibido.


        En el punto I comienza a abordar el tema de la Verdad. Toma la idea de Verdad como valor de verdad, al que le asigna un uso
“Sin esperanza”  al mismo tiempo que afirma que allí reside lo que tiene de “sano”.

        Respecto a nuestra práctica afirma que la Verdad “no es fácilmente accesible” p.58
        “La verdad está escondida, pero tal vez no esté ausente” p.59

“Cuando decimos algo no hay necesidad de añadir que es verdad” p. 59 Allí Lacan se pregunta, entonces, ¿cuál es su sustento de la Verdad?; lógicamente afirma que la Verdad no se sostiene en otra cosa que no sea el significante. Agrega que el significante no concierne al objeto sino al sentido.
Juega entonces con el tema del chiste: el sentido, el sinsentido, el paso de sentido. Es decir, cara y contracara del mismo tema ubicando cómo lo fructífero que “se te pone en el estómago” tiene relación con esta dialéctica.

        Recuerda el argumento de Freud respecto del sueño: allí donde el soñante despierta justo en el momento donde podría soltar la Verdad. Aquí hay un punto importante que se repite en el capítulo y da la sensación de ser el borde que tiene la Verdad con la angustia, lo Ominoso, lo real. Frente al encuentro con eso imposible de decir, nos despertamos para seguir soñando, afirma Lacan, en la realidad.
        Introduce en la pág. 61 la idea de lítote (fig. retórica, implica atenuación, no sin) para afirmar que “no estamos sin una relación con la verdad” Interpreto que en la vida de cada sujeto hay un real en juego.
Por ello se mete con el término without, sin, con (que está) afuera. Es decir el espacio moebiano adentro-afuera y dice:

        “En efecto, parece que la Verdad es para nosotros una extraña, me refiero a nuestra propia Verdad. Está en nosotros, no hay duda, pero sin que nos concierna tanto como suelen decir” p. 61

II Este segundo apartado toma a Wittgenstein, quien plantea que:
 “no hay más verdad que la que se inscribe en alguna proposición”
        El saber puede funcionar como verdad. Lacan apunta que en este autor están anulados los efectos de sentido de modo que la verdad termina coincidiendo con las proposiciones acerca de la totalidad de los hechos.
“Sean cuales sean lo hechos del mundo, aún diría más, sea lo que sea lo que de ellos enunciamos, lo que constituye el mundo es la tautología de la totalidad del discurso” p. 63
       
Una vez más aparece lo fecundo en el punto de falla, podemos pensar.
        “la tontería es aislar lo fáctico de “es de día”. Es una tontería prodigiosamente fecunda, el hecho de que no haya metalenguaje” p. 64

Toma lo que los lógicos llaman: implicación material
Lo verdadero implica lo verdadero
Lo falso implica lo falso
PERO no puede excluirse que
Lo falso implique lo verdadero
        Creo que es allí donde se puede pensar en la mentira primera del lenguaje, que siendo heterogéneo no puede decir la Verdad sobre lo real, aunque al mismo tiempo, la Verdad no pueda pensarse sin ese real para cada quien.

III
        “Decir que la verdad es inseparable de los efectos de lenguaje propiamente dichos significa incluir en ellos al inconciente” p. 66

Toma a Politzer, quien resalta el relato para abordar las formaciones del inconciente.

IV
        Toma Pegan a un niño. Allí ubica al sujeto dividido por el goce.
En el Tú me pegas, recibe su propio mensaje en forma invertida (es decir, su propio goce bajo la forma del Otro)

        En Sade encuentra su intento de darle consistencia al Goce del Otro, haciéndose él su instrumento. Lo propone como teórico pues en el intento, a través de sus fantasías, para llegar hasta el fin siempre hay un límite. El límite lo da la escena, el significante mismo. Por eso Lacan propone que la segunda muerte no la logrará Sade en función de su intento, sino que la segunda muerte está de entrada. Finalmente solo alcanza el goce con pequeños recursos.

Marcelo Lavalle






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