Acta 1. 16/5/09


Seminario 5.
Página 89
Equivalencia entre el placer de los niños por el goce vocálico, el juego con los sonidos, y el placer del chiste. Eso se reprime por darle sentido luego. Esa pérdida que se introduce de entrada, se pierde pero se “recupera”. Aparece recompensa con el chiste, con la aparición de un sentido secreto. Hay una tensión entre la pérdida del sentido, el suspenso y el reencuentro de alguna recuperación de placer. El signo de esto es la risa. Con la risa del otro como partenaire se recupera placer.
Hay necesariedad del otro, como semejante, como partenaire, que sanciona, y como lugar desde donde me vuelve el mensaje en forma invertida. El Otro es la terceridad.
La presencia o apelación a otro partenaire es clave para intentar recompensa. Lazo. Diferente a masturbarse solo (goce del idiota).
La clave es la recompensa y la vuelta por el otro para la “lograda y exitosa” recompensa.

Página 100.
La sorpresa, elemento fundamental.
Si no recupera, el deseo, indica la pérdida. Desechos.  Nivel metonímico. Dialéctica entre recuperación, recompensa y pérdida. Allouch en un trabajo sobre el duelo da el ejemplo del anillo. Metáfora: placer, deseo, realización, recuperación. 
Metonimia: pérdida.
Semejante a necesidad-deseo.
“Sombra feliz”, “logro cuyo vehículo es el significante”. Hay realización no plena. En cada momento que aparece nuevo placer hay una pérdida que se “inscribió”. Lo que se “escribe” es la pérdida. ¿Se inscribe la pérdida?. Surge discusión acerca de si hay o no inscripción de la pérdida.
Si hubiera inscripción no habría insistencia de repetición, habría identidad, no identificación.
La risa es una “sombra feliz” de un placer antiguo. Indica que hay una pérdida.
Mito de Orfeo y Eurídice.

Ambigüedad del “plus” (seminario 16, capítulo 1). Habla de una pérdida.
Marx: el objeto pierde valor de uso y pasa a tener valor de cambio. El trabajo del trabajador no reintegra. Hay un excedente de la producción. Esto se lo apropia el capitalista.
A quién pertenece ese plus?

Pág.103.
Juego con el paso de sentido y el Paso de Calais.
Metáfora: no realización plena de placer y además un paso de sentido. Diferente a la metonimia, donde sólo hay restos y desechos (ej. Signorelli, cuyos restos son Bo, elli, trafio, etc).
“El sujeto cosecha placer”.

Pág. 107.
Cosechar, recoger, recuperar y recompensar. Siempre se necesita otro y Otro. La vía es la asistencia de un otro. Y la segunda vía es la de la palabra. Siempre necesito un partenaire, desdoblado entre Otro y otro. La risa es un pago al Otro.



AGREGO
Decia en la reunion que me parecia que la asistencia del Otro primordial(proyecto), se reactualiza en cada momento en que demandamos la asistencia de un otro (Otro?) en las vias de la recuperacion de algun placer. Con el chiste se ilustra adecuadamente, solo no se puede:
la sancion, risa mediante, es parte de la “accion especifica” es decir de la recuperacion de algun placer ya perdido.

DE MI TESIS:
daniel
Además es necesario distinguir discurso analítico, de teoría analítica. Porque  la teoría analítica aparece como una reflexión de segundo grado (como un metalenguaje, que dice algo de lo que sucede en la sesión), en la que además  anotamos el funcionamiento de la resistencia. Teoría (observación), es una elucubración de saber sobre el inconsciente, al modo del discurso universitario.
En cambio cuando hablamos de discurso afirmamos una performance de lenguaje que no escamotea sus marcas enunciativas: el discurso del psicoanálisis es discurso analizante leído en el marco del deseo del analista. Por eso no se desentiende de los efectos de sujeto (desvíos, transposiciones, desfiguraciones, paradojas, etc.) que se ofrece asimismo a la lectura, sin pretender "metalenguajearse”.
La afirmación paradojal: es imposible que haya metalenguaje y es imposible que no haya metalenguaje; dice claramente que hay efectos de metalenguaje cuando el analista - que no piensa en el transcurso de las sesiones - se dispone a pensar el ”caso”. Reconocidos los efectos que van en el sentido del metalenguaje, el analista podría ensayar no elucubrar sobre el inconsciente sino que sus efectos palpiten en sus letras.
    El meta-lenguaje fracasa porque no dice lo que el lenguaje efectivamente muestra: la discordancia entre decir el acto y el acto de decir. Esta distancia  beneficia al lector, casi siempre, con un suplemento de incógnita: el meta-lenguaje, termina siempre mostrando algo más y diverso que su impotente decir. 
El discurso del psicoanálisis le "agrega" a la teoría psicoanalítica algo de la experiencia del análisis y de su transmisión. Es un saber "contaminado" de lo que su enraízamiento en la experiencia le aporta como una espina de verdad. Mientras la teoría en tanto tal, tiende hacia la forma catequética - exigiendo respuestas por un si o un no - el discurso analítico sería catacrético (Mannoni, 1982). La catacresis otorga a las palabras un sentido traslaticio para designar una cosa que carece de nombre especial (vg.:ojo de la cerradura), remite al hablar por abuso, y podría aplicarse a todos los tropos en la medida en que todos abusan del lenguaje.

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