Acta del 5-5-2012


Capítulos 12 y 13 del seminario 16.
Comenzamos con el capítulo 13: “Del goce planteado como un absoluto”
Marcelo: Plantear el goce como absoluto es contundente. Armé un esquema donde ubico esta cuestión como eje.
Así planteado surge una primer cuestión: ¿Si es un absoluto, es un “en menos”? ¿Es un querer recuperar o es un absoluto?
Dice: “Sabemos que; en alguna parte, en esa parte que llamamos Inconciente, se enuncia una verdad cuya propiedad es que no podemos saber nada de ella” (Pg. 187)
Acá ya empieza un contrapunto entre saber y verdad.
Claris: Eso mismo constituye un saber.
Hernán: Un saber sobre el no saber.
Marcelo: Les cuento lo que puse en el esquema. Acá tenemos  un organismo viviente anterior al ingreso al universo significante y al atravesar esta barrera de significantes, que Lacan lo va a poner como el “Uno” y que es toda la problemática del sujeto el encontrarse con el “Uno”, con la función del “Uno”. Al atravesar  esta barrera se pasa del signo “animal”, del signo “instintivo” al significante. Al atravesar esta barrera lo que se produce en el sujeto es una división. Lo que va a estar del lado del yo o del “yo-fantasma” y lo que es el “eso goza”. Se abren estas dos cuestiones. Toda la problemática del sujeto es que está dividido entre el “eso goza” que es acéfalo, que va más allá del uno, que uno no lo puede dominar, y la ilusión de dominio del yo.
Todo el recorrido de un análisis implica un recorrido de cómo se puede llegar a un feliz desenlace, porque esto implica un sufrimiento. Porque el “eso goza” está en relación a un sufrimiento.
Entonces, de este lado, anterior al atravesamiento del mundo simbólico tendría que “hay acto sexual”, que hay “macho-hembra”. Al atravesar de este lado vamos a tener que del lado del “eso goza”, dónde esto ya se perdía, una satisfacción parcial. Vamos a tener valores discontinuos, ya no vamos a tener “macho-hembra” sino que cada quien va a hacer una elección de un objeto sexual insatisfactorio.
Del lado del “no hay” vamos a tener estos valores discretos de la elección de objeto y la satisfacción parcial, que estaría representado respecto al sexo por el no hay “La mujer”, y en cuanto a la satisfacción “no hay satisfacción plena”.
Lo que marca la verdad es esta división: no hay un saber absoluto sobre el goce. La verdad es una verdad sobre eso: no hay un saber completo sobre cómo orientarse en el campo sexual: “1-a”.
Y también es una verdad mentirosa, en el punto  en que la verdad siempre está en el plano del significante. Entonces es una verdad a “medio decir”, dice parcialmente la verdad y parcialmente miente al mismo tiempo.
Verónica: ¿Y qué pasa con todo lo que vimos de “la verdad habla”?
Marcelo: Es que lo que dice es que la verdad apunta a un punto de no saber y que  además la verdad es una verdad a medio decir en el punto en que se va construyendo cada vez en términos de lo que Lacan propone como un Inconciente que trabaja solo. Es un Inconciente que interpreta. No es el Inconciente de esas verdades que descubrió Freud, en el sentido de que se trataría de un contenido. Sino que es un Inconciente que produce, está en una superficie y se efectiviza allí, en acto. Y desde este punto de vista se va construyendo cada vez una verdad, una verdad distinta en cada momento. Un efecto de verdad. También está el efecto de la invención. Porque si no uno debería pensar que estamos determinados por ciertas marcas inconscientes y hay que ir a ver a cierto lugar oculto y ahí rescatar eso que está ahí y siempre fue lo mismo.
En relación a este goce real absoluto, está implicado el fantasma. Y la travesía de un análisis a lo que apuntaría a atravesar el fantasma.
Sería cortar esta relación de un sujeto que está en relación al deseo anhelando una cosa ideal y que, en este mismo recorrido,  hay un goce en juego.
Entonces, poder ubicar qué es eso que goza en relación a poder aislar este objeto “a” y que el deseo se encuentre en ese punto con cierta imposibilidad del deseo  que haga que el sujeto desee en otros términos. Que ya no sufra con eso. O sea, del encuentro con la castración.  Que el sujeto se encuentre con esta dimensión de esta barra y que advierta que en un punto hay un imposible, que esta fantasía de promesa de goce que implica el fantasma, no existe. El fantasma es eso, una promesa de goce en el horizonte, y siempre uno está detrás de eso. Como el goce siempre implica esta dimensión del sufrimiento, un sufrimiento que esta siempre encaramado en esa fantasmática.
Daniel: Del punto anterior (Capítulo 12) tengo algunas cosas que me parecen que tienen que ver con lo que estás hablando.
Marcelo: Dice Miller que Lacan va a sostener hasta sus últimos escritos el tema de la verdad, pero que el saber cae. El tema de la verdad como verdad mentirosa. De esto que está en la dimensión del “cada vez” que se produce ahí.
Capitulo 12. “El acontecimiento Freud”
Hernán: Estaría bueno ubicar cuál es el acontecimiento Freud. Porque me parece que tiene que ver con algo de lo que Marcelo ubicaba en el cuadro. En la pg. 179. El ubica que el acontecimiento Freud tiene que ver con el paso del signo al significante.
Este paso es el acontecimiento Freud (…) Supone el cuestionamiento radical de todo efecto de representación, la desaparición de cualquier connivencia con la representación de lo que ocurre en lo representado como tal” Pg. 179
Este es el acontecimiento Freud y también puede ser el acontecimiento de la entrada de un análisis, es un acontecimiento que no deja de acontecer con el comienzo de un análisis.
Marcelo: Sí, además lo que está en juego  es la ética que inaugura Freud con esto.
Hernán: Una ética de la verdad y no una ética de la realidad.
Daniel: Por eso este punto del acontecimiento Freud es la ruptura del signo. Por eso todo el trabajo que hace en esta primer parte es de retomar lo que había trabajado en el seminario de la ética.
Marcelo: En la 180 dice “Era algo que también acababa de descubrirse, era justamente la articulación significante en su forma más elemental
Daniel: Ahí mismo, en la página siguiente yo marqué lo siguiente:
En otras palabras, que una configuración de significantes esté articulada no significa en absoluto que pueda totalizarse la configuración entera, es decir, el universo así constituido
Esto es muy importante: la articulación  o la relación entre significantes no da un universo de discurso.
Muy por el contrario, al no poder ser situado como una de sus partes sino solamente articulado como elemento en una referencia a otros conjuntos así articulados, este universo deja tal conjunto fuera de su campo. Así pues es posible que no haga coincidencia entre la aserción intuitiva de que tal elemento es parte de este universo y la articulación formal de esta aserción (…)
Los mecanismos del inconciente definen una estructura lógica mínima que desde hace mucho tiempo reservo con los términos  diferencia y repetición.”
Por un lado, lo único que establece la función del significante es ser diferencia absoluta. (Esto es bien Saussureano). El significante se sostiene solamente de so por lo que los otros difieren de él. Por otro lado los significantes  funcionan en una articulación repetitiva. (Esto ya no es Saussure). Esto permite instituir una primera lógica cuya función son el desplazamiento y la sustitución. En efecto, lo que el abrochamiento significante fija como referencia está destinado, por este abrochamiento mismo, a deslizarse (la referencia está destinada a desplazarse, la referencia es el objeto, la Bedeutung, la denotación).
En cuanto a la otra dimensión, esta depende de que la naturaleza del significante como abrochamiento es la de permitir la sustitución de un significante por otro, sustitución de la que se puede esperar efectos de sentido.”
Daniel: Entonces el sentido ¿Qué es? Es un alejamiento brutal de toda referencia. Es la articulación significante que no arma un universo de discurso. Se constituye esta articulación con desplazamiento y sustitución.
Claris: ¿Por qué la referencia? Para mí la referencia  es en relación al objeto como lo real.
Daniel: “Lo que el abrochamiento significante fija como referencia está destinado a deslizarse” Es decir que hay una pérdida de referencia, este es el punto. Está absolutamente alejado de la referencia. Por eso la frase que leíamos antes es que “El acontecimiento Freud” es la distancia respecto a la representación, del mundo de la representación. El significante es otra cosa. Ahí entramos en el mundo del sentido y, si quieren, en el mundo del sentido y del sin-sentido.
Juan: ¿Representación en el sentido de que hay una referencia para cada representación?
Daniel: Eso es uno. El otro es el del signo. Por eso Lacan dice ¿qué es el significante? Es el representante de la no-representación. Es el representante representativo de la falta de representación. Si lo que tenés es el representante representativo de la falta de representación lo que has logrado es una pérdida del referente: como significado, como referente, como objeto, como denotación.
Hernán: El concepto de representación conserva la idea de referente en el término mismo. El significante la pierde. Vos podés darle todas las vueltas que quieras pero el término “representación” no deja de tener una raíz platónica, es decir, hay algo de la cosa en lo representado, es decir lo re-presenta, lo vuelva a presentar. Justamente la idea de significante es que hay algo inmotivado, arbitrario en el significante respecto al referente. Pero Lacan, si bien en este punto es Saussureano, al llevar al extremo la idea de valor, es decir que un significante es lo que los demás no son, es diferencia, ya va más allá que Saussure. El significante se sostiene por ser diferencia, como rasgo diferencial…
Daniel: Además al ser “diferencia absoluta” dice algo del ser ¿Cuál es? El ser del significante: es ser diferencia consigo mismo.
Hernán: Es lo que no es.
Daniel: Eso introduce algo que ne Saussure no está: la idea de repetición que en Lacan sí. Y es ahí que podemos hablar del sentido me parece entonces que no hay que apresurarnos a decir que la interpretación es del significado de algo, si bien en Freud hay textos que van en esta dirección, hay otros, sobretodo de la interpretación de los sueños donde decís: ¿De dónde sacó esto? De una repetición significante.
Verónica: La monografía botánica.
Daniel: La mujer con pico de pájaro, el sueño de Pelagia…
Entonces, un punto interesante  es la palabra “efecto de sentido”, porque efecto de sentido es lo que Marcelo llamaba invención. Quiere decir que recorriendo los significantes que se recorren repetitivamente en esa sesión, si ocurriera una intervención del analista, en términos de interpretación o de acto, provoca una lectura que es una invención de lo que no había. No había pero había. No había porque  nadie la leía, pero estaba ahí delante ¿en qué? En la asociación. Si nadie lo leía no estaba. Pero ahora que lo leyeron…
Verónica: Pero con ese analista y no con otro. No es que el Inconciente interpretador estaba ahí eterno. Es en ese momento, con ese analista.
Daniel: El mecanismo del Inconciente no es nada si no hay nadie ahí para testimoniar que eso ocurre.
En la Pg. 182 dice: “¿Qué hacemos nosotros entonces al sustituir esta interpretación salvaje del Inconciente por nuestra interpretación razonada?”
Marcelo: Acá lo que propone Miller, en relación a este punto, que es lo que se discute en estos días, es el tema del Inconciente real. El Inconciente real como puro acontecimiento de eso que funciona automáticamente. Entonces, la puntuación, la escansión  o el conectar dos pensamientos que el sujeto dice sin darse cuenta, lo que hace es disparar todo un segundo momento respecto a ese inconciente real que es esta interpretación razonada. Hay un inconciente real que tiene que ver simplemente con el puro acontecimiento de ese significante que surgió así, sin sentido. Ayer una paciente en vez de decir “estoy en stand by” dijo “estoy en by pass”, que tiene que ver con los problemas de corazón del marido y que ella no puede dormir escuchando si respira o no.
Ese “by pass” no tiene que ver con algo razonado sino que después cuando se le señala algo de esto ella puede empezar a conectar y hacer una elucubración de saber.
Daniel: Sigue en la pg. 182: “Al respecto basta invocar la práctica de cada uno de los que son analistas. En cuanto a los otros, relean desde esta perspectiva los sueños citados en la traumdeutung y percibirán que en esta interpretación razonada sólo se trata de una frase reconstruida y de percibir el punto de falla donde, como frase,  y de ninguno modo como sentido, esta deja ver lo que anda mal. Y lo que anda mal es el deseo.”
O sea que la interpretación razonada ¿Qué es? Es una frase reconstituida… ¿a dónde apunta el analista? Adonde falla el razonamiento de la interpretación salvaje. La interpretación salvaje no puede más que interpretar, pero hay un punto de falla. Ese punto de falla tiene que ver con la angustia y con el deseo.
Marcelo: en la pg. 183: “Luego, cuando interpretamos  un sueño, lo que nos guía no es únicamente qué quiere decir, tampoco ¿qué quiere para decir eso?, sino ¿Qué es lo que, al decir eso, quiere?”
“¿Qué quiere decir eso?”: Sería la interpretación a nivel del sentido.
“¿Qué quiere para decir eso?”: Sería la pregunta por la enunciación.
“¿Qué es lo que, al decir eso, quiere?”: Sería “eso quiere gozar”, es decir, apunta a cuál es el goce en juego. A lo que está apuntando acá es que siempre hay un “eso goza”, y sí, hay un absoluto, un hay, a diferencia del “no hay” es que hay algo que goza.
Daniel: No estoy de acuerdo. La falla es lo que anda mal, lo que anda mal es el deseo, no habla del goce.
Marcelo: Pero en la clase siguiente se la pasa hablando del goce.
Daniel: Sí, pero hay que ver en qué términos. Acá lo que está planteando es que lo que anda mal es el deseo y que es eso lo que se interpreta. No se trata del sentido sino de lo que falla en el sentido.
En la pg. 181 dice “Hay en alguna parte una verdad que no se sabe, y es lo que se articula a nivel del inconciente. Allí debemos encontrar la verdad sobre el saber” ¿cuál es la verdad sobre el saber? Esta es la pregunta que atraviesa el texto: La falla en lo que se dice.
En la pg.186: “No los dejo en el nivel de un puro y simple enigma, puesto que introduje el saber con el término “a”. Es decir que toda manipulación posible de la función del saber debe efectivamente sostenerse en la articulación ya delimitada lo suficiente del objeto a (…) En las próximas reuniones debemos considerar de qué modo el saber como saber perdido está en el origen de lo que surge como deseo e toda articulación posible del discurso
Marcelo: Ya introdujo algo de otro orden ahí. Entonces no es puramente deslizamiento significante, hay algo que tiene otra consistencia.
Daniel: ¿Cuál?
Marcelo: Real. Acá el objeto es real.
Daniel: Todavía no.
Juan: Pensaba en lo que decíamos de lo que anda mal, de lo que no entra por el lado del sentido y efectivamente en la clase próxima toma lo de la relación sexual  dice que el psicoanálisis no es una sexología en el sentido de que no se sabe nada sobre la sexualidad, sino solo en el punto de prohibición sobre la sexualidad, nuevamente lo que no anda  o lo que anda mal…
Marcelo: Sí, pero lo que anda mal tiene un correlato, sino todo lo que vamos a decir es en términos de “no es esto” y no hay la posibilidad de decir “es esto”.
Juan: Hay definiciones que van por la negativa.
Marcelo: Y hay otras que van por la positiva.
Juan: el problema es que en referencia al goce lo que siempre vemos es que se define por la negativa.
Hernán: Decir que el goce es un absoluto es una definición por la negativa aunque parezca que es por la positiva. Porque ab-soluto significa “sin relación”. Es una definición en cuyo centro hay una negatividad afirmada respecto al goce.
Daniel: ¿Dónde dice eso (el goce como absoluto)?  Los desafío a encontrarlo…
Verónica: Con respecto a lo que trastabilla, lo que no anda, en la tercera una definición que da Lacan de lo real es: todo lo que trastabilla, todo lo que no anda…
Hernán: En la Pg. 195: “El goce es aquí lo absoluto, es lo real, y tal como lo definí, es lo que vuelve siempre al mismo lugar
Daniel: Pero tengo una mala noticia para vos ¿Cómo leerlo? Entonces salteamos y seguimos leyendo: “Si lo sabemos, es debido a la mujer. Este goce es tal que en el origen solo la histérica lo pone en orden lógicamente. Ella es en efecto quien lo plantea como un absoluto. Y así revela la estructura lógica de la función del goce. Porque si ella lo plantea de este modo, razón por lo cual es una verdadera teórica, es a costa suya. Justamente la histérica es rechazada por plantear el goce como un absoluto, por no poder responder más que desde ese ángulo de un deseo insatisfecho respecto de ella misma
No es Lacan quien dice que el goce es un absoluto, es la histérica y no es que esté equivocada cuando lo dice, revela la estructura. O sea que ojo cuando abren la boca, para no quedar como una histérica…
Hernán: Para mí sería un avance…
Daniel: Cada vez que una histérica denuncia el deseo como insatisfecho lo que está diciendo es que debería haber un goce absoluto, y que eso que acaba de recibir o que recibiría no es lo que ella espera, porque en algún lugar hay otro absoluto que le podría dar el objeto…
Claris: Sostener un padre
Daniel: Sostener un padre que goza.
Marcelo: A la satisfacción de la privación se la puede llamar goce también.
Daniel: Sí, pero porque la histeria lo está pensando en algún lugar como un absoluto. “Ellas (las histéricas) estaban en el punto justo donde la incidencia de una palabra podía evidenciar ese hueco que es la consecuencia de que el goce desempeña la función de estar fuera de los límites del juego” Pg.195
Entonces “ese hueco que es la consecuencia de que el goce desempeña la función de estar fuera de los límites del juego” ¿Por qué? Porque todo el accionar de la histeria, en términos de satisfacción en la insatisfacción, y ese es el deseo insatisfecho en la histeria, es la apuesta neurótica a que hay un goce absoluto. Yo no entiendo por qué nosotros deberíamos apostar  a que hay un goce absoluto. Lo que tenemos para decir es: “hay plus de gozar”. Decir que hay un goce absoluto es decir que hay alguien que goza, el padre de la horda…
Volvamos al principio del capítulo 13 en la pg. 187. “¿Qué es el inconciente? Esa parte que llamamos inconciente, se enuncia una verdad cuya propiedad es que no podemos saber nada de ella: este hecho mismo constituye un saber
Entonces ¿Qué es el saber? Primero es la disyunción entre el saber y la verdad. El saber no puede saber nada de la verdad, pero hay un saber que sabe que no puede saber nada de la verdad. Es como si dijéramos  ¿A qué nos podemos acercar? A un saber que sepa que no puede saber de la verdad. Porque la verdad lo que dice es que hay una falla en el saber. ¿Qué es la verdad cuando habla (“Yo la verdad hablo”)? Que hay una falla en el saber.
Marcelo: Es la verdad de la castración.
Daniel: Exactamente, lo que anda mal es el deseo, es decir la castración.
Lacan hace un juego, una proporción entre la verdad y el saber. Pero él pone: “Yo escribiría entonces que saber sobre la función de verdad menos saber deber darnos la verdad sobre el saber”.
Está jugando con la palabra “sobre”.
La verdad sobre el saber (a la derecha de la proporción) es que no hay saber sobre la verdad. ¿Cómo describe que no hay saber sobre la verdad? A la izquierda pone “saber” arriba y “verdad (menos) saber” abajo. Le restó la verdad al saber. No pueden coincidir en conjunción.

                                                    

Marcelo: No hay un saber sobre la verdad toda. Es una verdad sobre la castración.
Daniel: ¿Conocen a Simón Kargieman[1]? Escribió: “Una palabra cuando dice habla de tu vida, habla de mi vida, habla de la vida de todos. Una palabra cuando dice habla de la vida en una palabra
Dice William Blake: “Aquel que desea pero que no obra, engendra peste”. “La prudencia es una vieja y rica solterona cortejada por la incapacidad
Juan: Son de “Proverbios del infierno”
Daniel: Este otro es de Idea Vilariño[2]
YO
No sé quien soy.
Mi nombre
ya no me dice nada.
No sé qué estoy haciendo.
Nada tiene que ver ya más
con nada.
Tampoco yo
tengo que ver con nada. Digo yo
por decirlo de algún modo.

Marcelo: En la pg. 190 “Después de todo, hay un saber del psicoanálisis. Por mítica que sea su fórmula, él descubrió algo. Descubrió lo que en otros registros se llama medios de producción -¿De qué? De una satisfacción. Descubrió que había algo articulable y articulado, algo que destaqué que denuncia que no podía literalmente concebirse más que como montajes, algo que llama las pulsiones.
Esto sólo tiene sentido en la medida en que, llegado el caso son satisfactorias”.
Entonces está diciendo que hay una satisfacción pulsional: hay, no lo dice en negativo.
Juan: Es raro igual, porque de la pulsión dice en algún lugar que es mítica. No hay que tomarla como existente.
Marcelo: Es un supuesto, claro. Pero lo va materializando.
Juan: Fíjense en la página 194: “Como el propio Freud escribió, la pulsión es sin duda mitológica. Pero no lo es la suposición de que un sujeto se satisface en ella. Ahora bien, esto no es pensable si no se implica ya en la pulsión cierto saber de su carácter de sustituto sexual.”
Daniel: La cuestión abierta es qué quiere decir satisfacción. Entonces, las pulsiones son montajes, ya lo dijo en el seminario 11. Hay una satisfacción en juego ¿Qué es esa satisfacción? No dice qué es.
¿Por qué desmontamos el montaje que la gente arma? Porque se queja del montaje.
Marcelo: Entonces “saber hacer ahí” implica un modo mejor de vivir, sin penar tanto.
Daniel: En la pg. 190: “(…) es para decir que algo se satisface allí que evidentemente solo se puede designar como lo que está debajo, un sujeto, un hipokeimenon, sea cual fuere la división que necesariamente debe resultar para él de allí, debido a que en ese lugar solo es el sujeto de un instrumento en funcionamiento, de un organon”
Lo que quiero cuestionar es que haya un sujeto de esa satisfacción. Como él lo dice no parece acéfalo, por eso plantea la división. Si hay un sujeto que se satisface estaría mal la definición de sujeto acéfalo. ¿Es el sujeto el que se satisface con la pulsión? No. Es una división la del sujeto que se pone en juego en la satisfacción de la pulsión.
Marcelo: Hay algo que se satisface en esa división.







[1] Simón Kargieman. Nació en 1926.Publicó alrededor de 20 libros, algunos de ellos son: Tiempo de lágrima Cerrada, Niño del Asombro, Antipoemas, Su Nombre es la Hierba, 27 Poemas, Antipoema 14, El Círculo Inmóvil, América y Otros poemas, Acto de Fe, Ella y el Amor, La Palabra Decisiva, Así Hablé con Zarathustra, Un Instante el Infinito, Diálogos con Vincent Van Gogh, Memorias del Destierro. Dirigió dos revistas literarias: Empresa Poética y Poesía 2000 y coordinó un taller literario por 10 años. Fue amigo de Alejandra Pizarnik y su casa de Belgrano fue centro de reunión de poetas. Luego de vivir en un asilo de ancianos en Ituzaingó, falleció el 14 de mayo de 2007.


[2] Idea Vilariño (Montevideo, 18 de agosto de 1920 - idem,28 de abril de 2009) poeta, ensayista y crítica literaria uruguaya perteneciente al grupo de escritores denominado Generación del 45. Dentro de sus facetas menos conocidas se encuentran la de traductora, compositora y docente
Nació en una familia de clase media y culta, en la que estaban presentes música y literatura. Su padre, Leandro Vilariño (1892-1944) fue un poeta conocido. Al igual que sus hermanos Numen, Poema, Azul y Alma, estudió música. Su madre conocía muy bien la literatura europea.
Como educadora en ejercicio, fue Profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 hasta el golpe de estado en 1973. Luego de restaurado el sistema democrático, obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
Escribió desde muy joven; y sus primeros poemas ya maduros fueron concebidos entre los 17 y los 21 años. Su primera obra poética, La suplicante, fue editada en 1945 sólo con su nombre. En años subsiguientes sería reconocida internacionalmente y premiada con distintos galardones. Sus poemas están marcados por una experiencia íntima, intensa y angustiosa, muy coherente siempre.
Integró la generación de escritores de diversa índole que surgieron artísticamente desde 1945 a 1950 que fue llamada Generación del 45. En ella también pueden ubicarse también Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Sarandy Cabrera, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa, Carlos Maggi, Alfredo Gravina, Mario Arregui, Amanda Berenguer, Humberto Megget, Emir Rodríguez Monegal, Gladys Castelvecchi y José Pedro Díaz entre otros.
Participó en numerosas apuestas poéticas. Estuvo concretamente entre los fundadores de la revista Clinamen, y Número, de peso entre 1945-1955 (por lo que conoció a Juan Ramón Jiménez); y se encontró entre los colaboradores de otras publicaciones como Marcha, La Opinión, Brecha, Asir, y Texto crítico.
Sus traducciones también han sido objeto de reconocimiento, llegando algunas de ellas (como las de Shakespeare) a ser representadas en teatros de Montevideo.
En 1997, accede a ser entrevistada por Rosario Peyrou y Pablo Rocca, fruto de la cual nace el documental Idea, con dirección de Mario Jacob y estrenada en mayo de 1998.3
Su obra ha sido traducida a varios idiomas, como el italiano, alemán y portugués.
Como compositora, se pueden mencionar cuatro canciones emblemáticas pertenecientes a la música popular uruguaya: "A una paloma" (musicalizada por Daniel Viglietti), "La canción y el poema" (musicalizada por Alfredo Zitarrosa), "Los orientales" y "Ya me voy pa la guerrilla" (musicalizadas por Los Olimareños).
Fallece en Montevideo el 28 de abril de 2009 al no superar la cirugía a la que fue sujeta debido una oclusión intestinal y arterial.

Acta 31 de marzo 2012


“para decir que no hay nombre que lo nombre, lo designo con la letra más directa a”[1].


[1] Sem 16, Ed. Paidos p. 167

Clases: X Las tres matrices.
 XI Debilidad de la verdad, administración del saber.
Iniciamos la reunión haciendo hincapié en el retorno a Freud propuesto por Lacan. Freud enseña que “el sujeto pensante percibe desde el primer momento que solo puede reconocerse como efecto de lenguaje”[1].
En el Seminario 24, el chiste, la interpretación y la poesía logran un encuentro fugaz con alguna verdad que se puede decir. En la poesía, hay un trabajo con la lengua.
Dice Lacan: “mi discurso, cuando retomo el de Freud para basarme en lo que él inició, se distingue (…) del discurso filosófico”[2].

Nos detenemos en la noción de discurso a la altura de nuestro Seminario, dónde el discurso psiconanalítico es un discurso sin palabras. Discurso que sostiene al sujeto. Un analista es “alguien para quien existe la cuestión de la dependencia del sujeto respecto del discurso que lo sostiene y que él sostiene”[3]. El discurso es quien comanda.
Se propone como próxima investigación partir del Seminario “El reverso del psicoanálisis” dónde Lacan plantea cuatro discursos (del amo, de la histérica, del analista y universitario).

Recordamos lo trabajado sobre qué es un discurso en nuestra 3° reunión con fecha del 4/07/09:
¿Discurso sin palabra?
Se comenta sobre un error de traducción. En la versión corregida por Miller, la frase que escribe Lacan en el pizarrón es la siguiente: “La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras”[4]. Pero la cita textual en francés es: “C'est bien pour cette raison que ce que je prefére, c'est un discours sans parole[5]. Lo que cambia es el singular de: palabra. Se referirá Lacan a ¿un discurso sin palabra plena? ¿Sin la última palabra como lo menciona en el Seminario 18? En la estructura discursiva hay algo que no es completo.
En la versión de la escuela freudiana encontramos lo siguiente: “(…) he tomado cuidado en escribir, hace un momento en el pizarrón, sobre la esencia de la teoría: "La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabra". La esencia de la teoría psicoanalítica es la función del discurso y precisamente en lo que podría parecerles nuevo, o al menos paradojal: que yo lo diga sin palabra. Se trata de la esencia de la teoría en tanto que eso es lo que está en juego”.


Sobre la Apuesta
Pascal se corre del dios de los filósofos y no nos presenta una apuesta contra un partenaire. Nos desconcierta con “la existencia de un partenaire y de apostar sobre ella”. ¿El Otro existe o no? Nos detenemos en una cita de la página 157:
“Del Otro no se puede siquiera asegurar la existencia. La elección recae al mismo tiempo sobre la existencia o la no existencia del Otro".
Es recomendable dice Lacan “si se tiene el espíritu matemático, (…) apostar en el sentido que propone Pascal”[6]. Su Apuesta es del mismo orden que la elección forzosa entre no soy y no pienso. Elija lo que se elija siempre se pierde. Aquí hay un real que hace tope.
Da un paso más Lacan y nos señala que lo real también depende de cara o cruz:
“es inconcebible (…) imaginar otro limite del saber que este punto de tope donde solo hay que vérselas con algo indecible y que bien es o bien no es”[7].
La elección sobre la existencia de Dios planteada por Pascal, nos acerca a otra disyunción: lo real como inconcebible, indecible, que hace límite al saber.
En Freud el tope lo encontramos en el Complejo de Castración, el grano de arena, el narcisismo primario. También en “Psicoterapia de la Histeria” se trata del núcleo traumático o en “Análisis terminable e interminable”, las neurosis actuales.

¿Con qué se topa el saber?
Proponemos retomar el texto trabajado en reuniones anteriores de Sara Glasman.
Se recomienda leer los escritos de Lacan “La ciencia y la verdad” y “La Cosa Freudiana”. En el primero distingue saber y verdad y en el segundo resalta que la verdad enuncia.
Dice Lacan: “Hice decir a la verdad - yo la verdad hablo (…) que hable no significa que diga la verdad. Es la verdad, y habla. En cuanto a lo que dice, son ustedes los que tienen que arreglársela con eso”[8].
Se trata de una verdad que causa (en francés cuaser es tanto causar como conversar).
En el seminario 12, plantea Lacan tres círculos: saber, sujeto- verdad, sexo. No hay saber en el sujeto. No hay encuentro entre sexo y saber. Lo que tienen en común, lo que falta, a los tres círculos es el objeto a. Lacan va a plantear que no hay relación sexual, he aquí el tope. Entre los cuerpos no hay proporción.

Objeto a, plus de gozar
Leemos en detalle una cita de la pagina 149: “desde que se instala la mesa de juego (…) el sujeto antes de ser pensante, es primero a y solo después se plantea la cuestión de enlazar (…) que piensa. Pero no hubo necesidad de pensar para estar fijado como a. Ya está hecho”.
Nos preguntamos:
¿Qué lugar hay entre pienso y el objeto a? ¿antes de pensar, se es sujeto? ¿Primero se es a, después se es pensante?
Planteamos una antecedencia del objeto sobre la constitución del sujeto, no hay necesidad de pensar para estar fijado en a. En el Escrito “Subversión del sujeto” se trata de un sujeto ser de no ente.

Retomamos la diferencia entre homología y analogía. Los discursos de Freud y Marx no se desarrollan en el mismo campo plantea Lacan.
Al comienzo del Seminario en la clase primera encontramos el término homología:
“Con una homología que se apoya en Marx, procederé a presentar hoy el lugar en donde tenemos que situar la función esencial del objeto a”[9].
Luego en la clase 11 hace referencia a una analogía:
“me pregunto qué aporté de nuevo este año, salvo este nombre Mehrkust, plus- de –gozar, en analogía con el Mehrwert[10]
Podemos rastrear en nuestra acta n° 3 lo que trabajamos al comienzo de la investigación sobre ello:
Lacan toma un concepto de Marx, la plusvalía y realiza una homología llamada: plus de gozar. Destaca un nuevo valor del objeto a, que es el valor de plus de goce.
La función plus de gozar “aparece debido al discurso y demuestra en la renuncia al goce un efecto del discurso mismo (…) el discurso posee los medios de gozar en la medida que implica al sujeto. No habría razón alguna de sujeto (…) sino hubiera en el mercado del Otro como correlato el establecimiento de un plus-de-gozar recuperado por algunos”.[11] Porque hay discurso, hay renuncia al goce. El discurso mismo implica una renuncia y otorga los medios de gozar.
Nos detenemos en la clase 1: “En nuestro nivel solo cuenta esta pérdida. No idéntico de aquí en más a sí mismo, el sujeto ya no goza. Algo está perdido y se llama el plus- de- gozar, que es correlativo (…) de la entrada en juego de lo que desde ese momento determina todo lo relativo al pensamiento”[12].
Planteamos que el pensamiento se sostiene en una pérdida. El pensamiento como sombra del objeto a se sostiene en el Unario. Se trata de interrogar el 1 ­­+ a.
Dice Lacan: “encontrar en el a la esencia del Uno supuesto del pensamiento, es decir, determinar el pensamiento mismo como el efecto (…) la sombra de la función del objeto a.”[13]

Si pensamos en Freud “Interpretación de los sueños”, se trata de un saber inconciente sin sujeto. Hay saber inconciente desde entrada. El pensamiento nace con la diferencia de identidad de percepción. Pensamos la huella mnémica como límite que marca la diferencia entre lo buscado y lo encontrado.

Relación entre el Otro y a
“Por haberlo perdido, por haber jugado sin saberlo a un quien pierde gana, solo conseguimos identificar con a lo que atañe al Otro mismo”[14].
Intentamos pensar el objeto a como Cosa  y causa.
Lacan nos da una señal para la clínica en relación a la Identificación como obstáculo.
Nos dice: “Haría falta saber si la identificación en el análisis es el objetivo o el obstáculo. Quizás se comprometa a la gente a obtenerla, pero para que al mismo tiempo se deshaga de ella. Del hecho de deshacerse justamente por obtenerla puede surgir algo distinto que llamaremos (…) el agujero”[15].

Propone Lacan ver otros hechos que los analógicos, ya que Freud no se guiaba por los sentidos, por el olfato. Sino que hay en Freud una coherencia que validar.

Retomamos un gráfico de la Clase 5 vemos que el saber está fuera del campo del Otro, me representa frente al Otro. Dice Lacan “calificar al sujeto como tal nos pone fuera del Otro. Este nos pone (nous met) es quizás una forma de noúmeno que nos conducirá más lejos”[16]. No es fácil de captar, no se capta en espacio y tiempo.

Última cita para seguir pensando el rasgo unario y el 1 como totalizante:
“si el A es el 1, debo incluir este S en la medida en que representan al sujeto ¿respecto de qué? Respecto de A (…) el 1 del que se trata ya no es rasgo unario, sino el 1 unificante que define el campo del Otro” p. 167




[1] Sem. 16, Ed. Paidos p. 149
[2] Sem. 16, Ed. Paidos p. 149
[3] Sem. 16, Ed. Paidos p. 150
[4] Sem. 16, Ed. Paidos p. 11
[5] Sem. 16, Ed. Seuil, p. 41
[6] Sem 16, Ed. Paidos p. 157
[7] Sem 16, Ed. Paidos p. 158
[8] Sem 16, Ed. Paidos p. 159
                      
[9] Sem 16, Ed. Paidos p. 16
[10] Sem 16, Ed. Paidos p. 160
[11] Sem 16, Ed. Paidos p. 17
[12] Sem 16, Ed. Paidos p. 20
[13] Sem 16, Ed. Paidos p. 169
[14] Sem 16, Ed. Paidos p. 169
[15] Sem 16, Ed. Paidos p. 154
[16] Sem 16, Ed. Paidos p. 76