Acta 30 de octubre de 2010
Seminario
16, capítulo VII, parte 2
Tras la
lectura del acta del último encuentro (del 2/10), continuamos avanzando en
torno a la pregunta ¿por qué el goce es masoquista? Y rastreamos sus raíces en
el principio de placer de Freud, y su posterior desarrollo del “más allá…”.
Siguiendo a
Lacan destacamos que el principio de placer es concebido por Freud como “un
poder de rectificación, de moderación, de menor
tensión” [1], que sin embargo está minado por una ambigüedad que es precisamente
el “más allá” del principio de placer. En este punto, dice Lacan, “recordaremos
solamente que Freud escribe que el goce es en el fondo masoquista” [2].
Ubicamos allí una tendencia radical del ser humano que nos lleva a distinguir
este masoquismo estructural, teórico, ligado a la pulsión de muerte; del
masoquismo como práctica, ligado al goce perverso.
En cuanto a
la función del goce, Lacan señala que es “esencialmente relación con el cuerpo,
pero no cualquier relación. Esta se funda en una exclusión que es al mismo
tiempo una inclusión” [3]. Es decir, precisamente allí, en la satisfacción de
la pulsión parcial que se da en la zonas erógenas del cuerpo, se ubica también
un punto de exclusión, un punto de borde, donde se rompe la idea de un adentro
y un afuera –tal como lo indica el concepto lacaniano de lo “éxtimo”-.
De allí la
insistencia de Lacan sobre la necesidad de forjar una topología adecuada para
el psicoanálisis, que no reduzca la formación del yo – no yo a una mera
relación interior-exterior, y que admita la posibilidad de pensar que algo
puede estar adentro y afuera a la vez. Dice Lacan: “la topología del goce es la
topología del sujeto” [4], por lo tanto, hay interior y exterior que no están
completamente cerrados, idea de la que Lacan da cuenta con el neologismo poursoit: para sí = para él; algo que es
mío pero no es mío. Por eso la relación del sujeto y el goce no es de
apropiación, siempre se trata de la tercera persona. En este punto de borde
ubicamos el plus de gozar, o sea, el exceso de un goce montado sobre una
pérdida, tal como señala Freud sobre la cabeza de Medusa: la multiplicación es
una manera de tratar la falta. En el
último párrafo trabajado, Lacan advierte: “El sujeto hace la estructura del
goce, pero, hasta nueva orden, todo lo que se puede esperar de esto son
prácticas de recuperación. Es decir que lo que el sujeto recupera no tiene nada
que ver con el goce, sino con su pérdida” [5] Puesto que el discurso es
exclusión del goce del cuerpo, todo plus de gozar implica una pérdida, un plus
que es menos.
Bonus
track: teorizando
sobre la relación entre la pulsión y el fantasma que trabajamos a la luz del
texto de Freud “Pegan a un niño”, ubicamos que en todo fantasma hay una mancha
(anamorfosis*) que lo hace inconsistente y que abre la posibilidad de modificar
el fantasma (de otro modo, el fantasma neurótico sería más inconmovible que el
delirio).
Lecturas
indicadas para los próximos encuentros:
Freud: “El
problema económico del masoquismo”
Lacan:
Seminario 7, clases II y III > para trabajar sobre el principio de realidad
Lacan:
Seminario 5, clase XII > Lacan toma “Pegan a un niño” y trabaja los dos
principios.
Sara
Glasman: “Un hallazgo de traducción: ´valor de goce`”
NOTAS:
[1] J.
Lacan, pág. 102
[2] J.
Lacan, pág. 103
[3] J. Lacan, pág. 103
[4] J. Lacan, pág. 104
[5] J.
Lacan, pág. 104
*Anamorfosis: pintura o dibujo que ofrece a la
vista una imagen deforme y confusa, o regular y acabada, según desde donde se
la mire –RAE-
1 comentario:
¿es esto correcto ?
http://www.academia.edu/7649153/Amalgamating_Lacan_s_Formulae_of_Sexuation_Discourse_Theory_and_Topology
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