Acta 07 03 15

El saber es lo que hace que la vida se detenga en un cierto límite frente al goce.
El camino hacia la muerte es lo que llamamos masoquismo.

        “Basta con partir del principio del placer, que no es más que el principio de menor tensión, de la tensión mínima que debe mantenerse para que subsista la vida. Esto demuestra que en sí mismo el goce la desborda y que el principio del placer mantiene el límite en lo que al goce se refiere.
Como todo nos lo indica en los hechos, la experiencia, la clínica, la repetición se funda en un retorno del goce. Y lo que el propio Freud, articula en este sentido es que, en esa misma repetición, se produce algo que es un defecto, un fracaso”

Tensión entre:
La repetición se funda en un retorno de goce    y
Que el goce se funda en la repetición  (aunque no se contradicen)

Es coherente con la definición de objeto a, plus de goce
Lo que se repite no puede estar más que en posición de pérdida con respecto a lo que es repetido

Plus de: además de decir
Más de…
Quiere decir: Basta de…, No más de…, Suficiente

        “Así, el significante se articula representando a un sujeto ante otro significante. De aquí es de donde partimos para dar sentido a esa repetición inaugural en tanto repetición que apunta al goce”

Cuando se repite se goza. Se goza perdiendo goza. Por eso estudiamos justamente la satisfacción y la repetición.

        “Este saber muestra aquí su raíz en el hecho de que, en la repetición y para empezar bajo la forma del rasgo unario, resulta ser el medio del goce –del goce precisamente en tanto supera los límites impuestos bajo el término de placer, a las tensiones usuales de la vida.
         Lo que se manifiesta con este formalismo, para seguir a Lacan, es, como acabamos de decir, que hay pérdida de goce. Y la función del objeto perdido, lo que yo llamo el objeto a, surge en el lugar de esta pérdida que introduce la repetición. ¿Qué nos impone todo esto, sino la fórmula de que, en el nivel más elemental, el de la imposición del rasgo unario, el saber que trabaja produce, digamos, una entropía?”

No se puede volver al estado anterior. Hay un goce que no es el del estado anterior. Es una pérdida paradójica: es una pérdida y una ganancia. En aquel que relata lo que pierde hay una pérdida en juego y una ganancia en el relato mismo”.

        “Pero esa afinidad de la marca con el goce del mismo cuerpo, en este punto es precisamente donde se indica que sólo mediante el goce, y no por otras vías, se establece la división que distingue el narcisismo de la relación con el objeto.”

Afinidad entre el saber y el goce, después va a decir que hermana. Si es hermana, hay algo que está prohibido.
        En el párrafo siguiente se aparte del goce en términos de transgresión, su tesis del Seminario 7.

Mehrlust, plus de gozar, introduce la dimensión de la pérdida: ese no sé qué que golpea, que resuena en las paredes de la campana.

        “el a, en sí mismo, es lo que resulta de que el saber, en su origen, se reduce a la articulación significante.
         Este saber es medio de goce. Esta entropía, este punto de pérdida, es el único punto, el único punto regular a través del cual tenemos acceso al goce”

El objeto a como plus de goce y como tapón.

El goce nos hace mortales, no nos hace morir. Ej. del escritor que escribe sobre su propia muerte para no pensar en ella.

Clase IV
Verdad, Hermana de goce

        Comienza con una afirmación donde alude al tejido del discurso, donde dice que éste encierra algo:
        “en el mundo del discurso, no hay nada que sea todo” p. 57

        Esta afirmación empalma con el final de la clase donde retoma el tema por el lado de que ningún sistema lógico es consistente, y justamente entiendo que alude justamente en que allí radica su movimiento, su fuerza.

        En la misma página hace alusión al término reverso: “Reverso está en asonancia con Verdad” 
        Respecto de este punto también cierra la clase afirmando por qué afirma que: “La Verdad es hermana de goce”, justamente en el punto de tomar el goce como prohibido.


        En el punto I comienza a abordar el tema de la Verdad. Toma la idea de Verdad como valor de verdad, al que le asigna un uso
“Sin esperanza”  al mismo tiempo que afirma que allí reside lo que tiene de “sano”.
       
        Respecto a nuestra práctica afirma que la Verdad “no es fácilmente accesible” p.58
        “La verdad está escondida, pero tal vez no esté ausente” p.59

“Cuando decimos algo no hay necesidad de añadir que es verdad” p. 59 Allí Lacan se pregunta, entonces, ¿cuál es su sustento de la Verdad?; lógicamente afirma que la Verdad no se sostiene en otra cosa que no sea el significante. Agrega que el significante no concierne al objeto sino al sentido.
Juega entonces con el tema del chiste: el sentido, el sinsentido, el paso de sentido. Es decir, cara y contracara del mismo tema ubicando cómo lo fructífero que “se te pone en el estómago” tiene relación con esta dialéctica.

        Recuerda el argumento de Freud respecto del sueño: allí donde el soñante despierta justo en el momento donde podría soltar la Verdad. Aquí hay un punto importante que se repite en el capítulo y da la sensación de ser el borde que tiene la Verdad con la angustia, lo Ominoso, lo real. Frente al encuentro con eso imposible de decir, nos despertamos para seguir soñando, afirma Lacan, en la realidad.
        Introduce en la pág. 61 la idea de lítote (fig. retórica, implica atenuación, no sin) para afirmar que “no estamos sin una relación con la verdad” Interpreto que en la vida de cada sujeto hay un real en juego.
Por ello se mete con el término without, sin, con (que está) afuera. Es decir el espacio moebiano adentro-afuera y dice:

        “En efecto, parece que la Verdad es para nosotros una extraña, me refiero a nuestra propia Verdad. Está en nosotros, no hay duda, pero sin que nos concierna tanto como suelen decir” p. 61

II Este segundo apartado toma a Wittgenstein, quien plantea que:
 “no hay más verdad que la que se inscribe en alguna proposición”
        El saber puede funcionar como verdad. Lacan apunta que en este autor están anulados los efectos de sentido de modo que la verdad termina coincidiendo con las proposiciones acerca de la totalidad de los hechos.
“Sean cuales sean lo hechos del mundo, aún diría más, sea lo que sea lo que de ellos enunciamos, lo que constituye el mundo es la tautología de la totalidad del discurso” p. 63
       
Una vez más aparece lo fecundo en el punto de falla, podemos pensar.

        “Lo verdadero depende sólo de mi enunciación, o sea si yo lo enuncio oportunamente. Lo verdadero no es interno a la proposición, en ella sólo se anuncia el hecho, lo fáctico del lenguaje”

        Se propone leer Proton Pseudos, allí donde el sofisma tiene efectos de verdad, de lo falso puede advenir lo verdadero. De la mentira histérica surge lo verdadero. Todo relato, discurso es mentiroso respecto de lo real.
Tablas de Verdad
V  V  V
V  F  F
F  V  V
F  V  F
        El ejemplo es el engaño de la transferencia: de lo falso que es lugar que ocupa el analista, puede surgir alguna Verdad y eso es verdadero. Por eso Lacan propone que el análisis es una estafa, siendo que la práctica analítica parte de una falsedad.
Ej: llega un paciente y dice “llueve”
El analista podría decir: “Sí cómo llueve!” y constatar con la realidad, anunciando lo fáctico del lenguaje.
Ahora, qué pasa si “llueve…” es la primera frase de un poema?
Cualquiera cae en la trampa del lenguaje constatativo. Lo verdadero no tiene que ver con lo fáctico del lenguaje sino con el lugar de enunciación. ¿Por qué el analista se debe quedar callado? Porque cuando habla tiene que ser oportuno.

        “la tontería es aislar lo fáctico de “es de día”. Es una tontería prodigiosamente fecunda, el hecho de que no haya metalenguaje” p. 64

Toma lo que los lógicos llaman: implicación material
Lo verdadero implica lo verdadero
Lo falso implica lo falso
PERO no puede excluirse que
Lo falso implique lo verdadero
        Creo que es allí donde se puede pensar en la mentira primera del lenguaje (Proton Pseudos), que siendo heterogéneo no puede decir la Verdad sobre lo real, aunque al mismo tiempo, la Verdad no pueda pensarse sin ese real para cada quien.

        Hay una Verdad para cada quien que tiene un punto de contacto con ese real; pero ese real en sí, no se puede decir.


III
        “Decir que la verdad es inseparable de los efectos de lenguaje propiamente dichos significa incluir en ellos al inconciente” p. 66

Toma a Politzer, quien resalta el relato para abordar las formaciones del inconciente.
        Para esa época Politzer era muy leído respecto de su Psicología concreta. Fundamentos de la Psicología concreta.

IV
        Toma Pegan a un niño. Allí ubica al sujeto dividido por el goce.
En el Tú me pegas, recibe su propio mensaje en forma invertida (es decir, su propio goce bajo la forma del Otro)

        En Sade encuentra su intento de darle consistencia al Goce del Otro, haciéndose él su instrumento. Lo propone como teórico pues en el intento, a través de sus fantasías, para llegar hasta el fin siempre hay un límite. El límite lo da la escena, el significante mismo. Por eso Lacan propone que la segunda muerte no la logrará Sade en función de su intento, sino que la segunda muerte está de entrada. Finalmente solo alcanza el goce con pequeños recursos.

        El goce más importante es convertirse en instrumento del goce del Otro. En el fondo él es masoquista, su intensión es devenir polvo y ser uno con lo inanimado. Pero Lacan subraya que aun en esa instancia  será objeto de una lápida. Se hace alusión a: La piel de zapa, allí donde se apela a la ciencia para encontrar la forma de estirar la piel de nuevo, intentando devolver al estado anterior lo que se pierde por desear, invertir la entropía. La entropía entendida como la irreversibilidad de la transformación, allí donde hay transformación al mismo tiempo que hay pérdida del “calor aprovechable”.

        La ironía de Lacan cuando dice: “¿Qué es lo que tiene cuerpo y no existe?” Su respuesta es: el Otro. Pag. 70

        “¿Qué puede querer decir que al amar la verdad se caiga en un sistema tan evidentemente sintomático? Aquí se indica algo -al situarse como residuo del efecto de lenguaje, como lo que hace que el efecto de lenguaje no obtenga del goce más que lo que la otra vez enuncié de la entropía de un plus de goce-, cosa que no suele verse, la verdad como fuera del discurso, pues bien, es hermana de este goce prohibido”

        La Verdad no está fuera del discurso. Está dentro y está fuera. Está en disyunción con el goce e inaccesible para el sujeto, pero es hermana del goce. El punto de la hermandad, es que ambos son sub producto del significante. Ninguno de los dos se puede dar en totalidad, ni la verdad toda, ni el goce todo. Por eso es que habla del Goce prohibido (con mayúsculas) La Verdad se encuentra más en relación al deseo.
El linaje de ambas es el significante, su padre es el significante y su hermandad tiene que ver con el punto de Entropía.
El eje del capítulo es: ¿Qué es lo fecundo? Y lo fecundo es lo que no cierra, lo que no hace identidad.

Marcelo Lavalle


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