El saber es lo que hace que la vida se detenga en un cierto
límite frente al goce.
El camino hacia la muerte es lo que llamamos masoquismo.
“Basta con partir del principio del placer, que no es más que el
principio de menor tensión, de la tensión mínima que debe mantenerse para que
subsista la vida. Esto demuestra que en sí mismo el goce la desborda y que el
principio del placer mantiene el límite en lo que al goce se refiere.
Como todo nos lo indica en los
hechos, la experiencia, la clínica, la repetición se funda en un retorno del
goce. Y lo que el propio Freud, articula en este sentido es que, en esa misma
repetición, se produce algo que es un defecto, un fracaso”
Tensión entre:
La repetición se funda en un retorno de goce y
Que el goce se funda en la repetición (aunque no se contradicen)
Es coherente con la definición de objeto a, plus de goce
Lo que se repite no puede estar más que en posición de
pérdida con respecto a lo que es repetido
Plus de: además de decir
Más de…
Quiere decir: Basta de…, No más de…, Suficiente
“Así, el significante se articula representando a un sujeto ante otro
significante. De aquí es de donde partimos para dar sentido a esa repetición
inaugural en tanto repetición que apunta al goce”
Cuando se repite se goza. Se goza perdiendo goza. Por eso
estudiamos justamente la satisfacción y la repetición.
“Este saber muestra aquí su raíz en el hecho de que, en la repetición y
para empezar bajo la forma del rasgo unario, resulta ser el medio del goce –del
goce precisamente en tanto supera los límites impuestos bajo el término de
placer, a las tensiones usuales de la vida.
Lo
que se manifiesta con este formalismo, para seguir a Lacan, es, como acabamos
de decir, que hay pérdida de goce. Y la función del objeto perdido, lo que yo
llamo el objeto a, surge en el lugar de esta pérdida que introduce la
repetición. ¿Qué nos impone todo esto, sino la fórmula de que, en el nivel más
elemental, el de la imposición del rasgo unario, el saber que trabaja produce,
digamos, una entropía?”
No se puede volver al estado anterior. Hay un goce que no es
el del estado anterior. Es una pérdida paradójica: es una pérdida y una
ganancia. En aquel que relata lo que pierde hay una pérdida en juego y una
ganancia en el relato mismo”.
“Pero esa afinidad de la marca con el goce del mismo cuerpo, en este
punto es precisamente donde se indica que sólo mediante el goce, y no por otras
vías, se establece la división que distingue el narcisismo de la relación con
el objeto.”
Afinidad entre el saber y el goce, después va a decir que
hermana. Si es hermana, hay algo que está prohibido.
En el párrafo
siguiente se aparte del goce en términos de transgresión, su tesis del
Seminario 7.
Mehrlust, plus de gozar, introduce la dimensión de la pérdida: ese no sé qué que golpea, que resuena en
las paredes de la campana.
“el a, en sí mismo, es lo que resulta de que el saber, en su origen, se
reduce a la articulación significante.
Este
saber es medio de goce. Esta entropía, este punto de pérdida, es el único
punto, el único punto regular a través del cual tenemos acceso al goce”
El objeto a como plus de goce y como tapón.
El goce nos hace mortales, no nos hace morir. Ej. del
escritor que escribe sobre su propia muerte para no pensar en ella.
Clase IV
Verdad, Hermana de goce
Comienza con
una afirmación donde alude al tejido del discurso, donde dice que éste encierra
algo:
“en el mundo
del discurso, no hay nada que sea todo” p. 57
Esta afirmación
empalma con el final de la clase donde retoma el tema por el lado de que ningún
sistema lógico es consistente, y justamente entiendo que alude justamente en
que allí radica su movimiento, su fuerza.
En la misma
página hace alusión al término reverso: “Reverso está en asonancia con
Verdad”
Respecto de
este punto también cierra la clase afirmando por qué afirma que: “La Verdad es
hermana de goce”, justamente en el punto de tomar el goce como prohibido.
En el punto I
comienza a abordar el tema de la Verdad. Toma la idea de Verdad como valor de
verdad, al que le asigna un uso
“Sin esperanza” al
mismo tiempo que afirma que allí reside lo que tiene de “sano”.
Respecto a
nuestra práctica afirma que la Verdad “no es fácilmente accesible” p.58
“La verdad está
escondida, pero tal vez no esté ausente” p.59
“Cuando decimos algo no hay necesidad de añadir que es
verdad” p. 59 Allí Lacan se pregunta, entonces, ¿cuál es su sustento de la
Verdad?; lógicamente afirma que la Verdad no se sostiene en otra cosa que no
sea el significante. Agrega que el significante no concierne al objeto sino al
sentido.
Juega entonces con el tema del chiste: el sentido, el
sinsentido, el paso de sentido. Es decir, cara y contracara del mismo tema
ubicando cómo lo fructífero que “se te pone en el estómago” tiene relación con
esta dialéctica.
Recuerda el
argumento de Freud respecto del sueño: allí donde el soñante despierta justo en
el momento donde podría soltar la Verdad. Aquí hay un punto importante que se
repite en el capítulo y da la sensación de ser el borde que tiene la Verdad con
la angustia, lo Ominoso, lo real. Frente al encuentro con eso imposible de
decir, nos despertamos para seguir soñando, afirma Lacan, en la realidad.
Introduce en la
pág. 61 la idea de lítote (fig. retórica, implica atenuación, no sin) para
afirmar que “no estamos sin una relación con la verdad” Interpreto que en la
vida de cada sujeto hay un real en juego.
Por ello se mete con el término without, sin, con (que está)
afuera. Es decir el espacio moebiano adentro-afuera y dice:
“En efecto,
parece que la Verdad es para nosotros una extraña, me refiero a nuestra propia
Verdad. Está en nosotros, no hay duda, pero sin que nos concierna tanto como
suelen decir” p. 61
II Este segundo apartado toma a Wittgenstein, quien plantea
que:
“no hay más verdad
que la que se inscribe en alguna proposición”
El saber puede
funcionar como verdad. Lacan apunta que en este autor están anulados los
efectos de sentido de modo que la verdad termina coincidiendo con las proposiciones
acerca de la totalidad de los hechos.
“Sean cuales sean lo hechos del mundo, aún diría más, sea lo
que sea lo que de ellos enunciamos, lo que constituye el mundo es la tautología
de la totalidad del discurso” p. 63
Una vez más aparece lo fecundo en el punto de falla, podemos
pensar.
“Lo verdadero
depende sólo de mi enunciación, o sea si yo lo enuncio oportunamente. Lo
verdadero no es interno a la proposición, en ella sólo se anuncia el hecho, lo
fáctico del lenguaje”
Se propone leer Proton Pseudos, allí donde el sofisma tiene
efectos de verdad, de lo falso puede advenir lo verdadero. De la mentira
histérica surge lo verdadero. Todo relato, discurso es mentiroso respecto de lo
real.
Tablas de Verdad
V V V
V F F
F V V
F V F
El
ejemplo es el engaño de la transferencia: de lo falso que es lugar que ocupa el
analista, puede surgir alguna Verdad y eso es verdadero. Por eso Lacan propone
que el análisis es una estafa, siendo que la práctica analítica parte de una
falsedad.
Ej: llega un paciente y dice
“llueve”
El analista podría decir: “Sí
cómo llueve!” y constatar con la realidad, anunciando lo fáctico del lenguaje.
Ahora, qué pasa si “llueve…” es
la primera frase de un poema?
Cualquiera cae en la trampa del
lenguaje constatativo. Lo verdadero no tiene que ver con lo fáctico del
lenguaje sino con el lugar de enunciación. ¿Por qué el analista se debe quedar
callado? Porque cuando habla tiene que ser oportuno.
“la tontería es
aislar lo fáctico de “es de día”. Es una tontería prodigiosamente fecunda, el
hecho de que no haya metalenguaje” p. 64
Toma lo que los lógicos llaman: implicación material
Lo verdadero implica lo verdadero
Lo falso implica lo falso
PERO no puede excluirse que
Lo falso implique lo verdadero
Creo que es
allí donde se puede pensar en la mentira primera del lenguaje (Proton Pseudos),
que siendo heterogéneo no puede decir la Verdad sobre lo real, aunque al mismo
tiempo, la Verdad no pueda pensarse sin ese real para cada quien.
Hay una Verdad
para cada quien que tiene un punto de contacto con ese real; pero ese real en
sí, no se puede decir.
III
“Decir que la
verdad es inseparable de los efectos de lenguaje propiamente dichos significa
incluir en ellos al inconciente” p. 66
Toma a Politzer, quien resalta el relato para abordar las
formaciones del inconciente.
Para esa época Politzer era muy leído respecto de su
Psicología concreta. Fundamentos de la
Psicología concreta.
IV
Toma Pegan a un niño. Allí ubica al sujeto
dividido por el goce.
En el Tú me pegas,
recibe su propio mensaje en forma invertida (es decir, su propio goce bajo la
forma del Otro)
En Sade
encuentra su intento de darle consistencia al Goce del Otro, haciéndose él su
instrumento. Lo propone como teórico pues en el intento, a través de sus
fantasías, para llegar hasta el fin siempre hay un límite. El límite lo da la
escena, el significante mismo. Por eso Lacan propone que la segunda muerte no
la logrará Sade en función de su intento, sino que la segunda muerte está de
entrada. Finalmente solo alcanza el goce con pequeños recursos.
El goce más importante es convertirse en instrumento del
goce del Otro. En el fondo él es masoquista, su intensión es devenir polvo y
ser uno con lo inanimado. Pero Lacan subraya que aun en esa instancia será objeto de una lápida. Se hace alusión a:
La piel de zapa, allí donde se apela a la ciencia para encontrar la forma de
estirar la piel de nuevo, intentando devolver al estado anterior lo que se
pierde por desear, invertir la entropía. La entropía entendida como la
irreversibilidad de la transformación, allí donde hay transformación al mismo
tiempo que hay pérdida del “calor aprovechable”.
La
ironía de Lacan cuando dice: “¿Qué es lo que tiene cuerpo y no existe?” Su
respuesta es: el Otro. Pag. 70
“¿Qué puede
querer decir que al amar la verdad se caiga en un sistema tan evidentemente
sintomático? Aquí se indica algo -al situarse como residuo del efecto de
lenguaje, como lo que hace que el efecto de lenguaje no obtenga del goce más
que lo que la otra vez enuncié de la entropía de un plus de goce-, cosa que no
suele verse, la verdad como fuera del discurso, pues bien, es hermana de este
goce prohibido”
La Verdad no está fuera del discurso. Está dentro y está
fuera. Está en disyunción con el goce e inaccesible para el sujeto, pero es
hermana del goce. El punto de la hermandad, es que ambos son sub producto del
significante. Ninguno de los dos se puede dar en totalidad, ni la verdad toda,
ni el goce todo. Por eso es que habla del Goce prohibido (con mayúsculas) La
Verdad se encuentra más en relación al deseo.
El linaje de ambas es el
significante, su padre es el significante y su hermandad tiene que ver con el
punto de Entropía.
El eje del capítulo es: ¿Qué es
lo fecundo? Y lo fecundo es lo que no cierra, lo que no hace identidad.
Marcelo Lavalle
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