ACTA 7. 1/5/10
Lectura del Seminario 16,
clase 4: “El hecho y el dicho”
Comienza el apartado 1 diciendo:
“Que el Otro esté en discusión es muy importante para la
continuación de nuestro discurso
El enunciado de que el
Otro no encierra ningún saber, ni ya ahí ni tampoco por venir en un estatuto de
absoluto, no tiene nada de subversivo”
De entrada entonces surge
como clave de lectura volver a pensar el estatuto del Otro. Debemos tener
presente que hay una idea neurótica acerca del Otro: que el saber está allí, y
si no lo está aún lo estará en un futuro. El ejemplo típico de una lógica
similar lo encontramos en Freud al hablar de la niña y su creencia respecto de
su clítoris: en algún momento crecerá.
Lacan se enoja a
continuación del uso que se ha hecho de su idea del saber, al haber leído por
allí: “subversión del saber”, por un lado porque su única subversión la ha sido
del sujeto, por el otro debido a lo que propone respecto del saber en el
párrafo siguiente, que comienza con una pregunta:
“Por qué el saber sería
subvertido por no poder ser absoluto, cuando esta pretensión, más allá de dónde
se muestre, más allá de dónde se haya mostrado, siempre fue risible”
El hecho mismo de la
pretensión nos sugiere lo señalado anteriormente respecto de la idea de tiempo
ya que pudo haber sido en el pasado, puede ser en el presente o podría darse en
el futuro. Sin embargo a Lacan le causa risa. En este punto si hay risa: es
porque se trata de una falla respecto del saber, es decir estamos hablando de
Otro que está castrado.
Hace una mención a “El Capital”, de Marx, para
por un lado hacer mención a la plusvalía que obtiene el capitalista y por el
otro colocar en relación la risa con la esencia de la de plusvalía:
“Marx concede todo el
tiempo para que esta defensa, que no parece más que el discurso más honesto, se
explaye, y entonces señala que este personaje fantasmal con el que se enfrenta,
el capitalista, rie.
… la conjunción de la risa con la función radicalmente
eludida de la plusvalía, cuya relación con la elisión característica que es
constitutiva del objeto a ya indiqué lo suficiente. El sobresalto, la
conmoción, el poco más poco menos del que hablaba hace un rato, el juego de
manos, el tejemaneje que los sorprende en el vientre en el efecto del chiste,
todo esto gira en torno de la profunda relación entre la elisión y la risa”
Se desprende de los párrafos siguientes la postura de
Lacan respecto del inconsciente, respecto del cual si bien se puede tener una
experiencia de él, no puede haber teoría. Hablar del inconsciente en términos
de teoría (theoría, de theoreo, contemplar) sería hablar de él desde afuera.
Crítica el psicoanálisis aplicado, por ejemplo a las Bellas Artes, como modo de hacer teoría del inconsciente.
Se menciona Hamlet como ejemplo en el punto de aquello
que enseña la obra en función de la singularidad que surge, en contraste con
servirse de categoría preestablecidas para
hacer una lectura de la obra.
La enseñanza de Lacan va
un poco en esta dirección, ya desde el abordaje de su tesis, no se trata de que
Lacan vaya a hacer un uso ni estadístico del la paranoia, en función de
categoría ni aplique las categorías al estudio específico del caso que aborda,
sino que se sirve de un caso singular para dar a luz cierto concepto.
De la misma manera en un análisis se trata de algo
similar, en el sentido de que no se trata de identificar cuál es el objeto
apelando a categoría, sino que ese objeto singular, privado, surgirá en el
análisis mismo.
Recuerda a continuación su
escrito “Subversión del sujeto…”
“Aquí sin embargo se trata de la subversión que el sujeto
ciertamente introduce, pero de la que se sirve lo real, que en esta perspectiva
se define como lo imposible. Ahora bien, en el punto preciso que nos interesa,
no hay sujeto más que de un decir”
La subversión no es solo del sujeto sino del Otro.
Entonces, se trata del sujeto que subvierte, pero una vez subvertido el Otro el
sujeto será efecto de esa subversión. Esta temporalidad nos recuerda la misma
lógica que se pone en juego en el acto, volviendo a Hamlet: solamente se
constituirá en danés habiendo llevado a cabo su acto. De esta manera toma
cuerpo la afirmación de Lacan: “no hay sujeto más que de un decir”
En el párrafo que sigue Lacan introduce “lo imposible” desde
la misma lógica que predomina en toda esta clase. Entonces desde esta
perspectiva será el decir el que introduce lo imposible, en lugar de
enunciarlo. Nos recuerda la imagen del alfarero que crea el vacío al construir
la vasija. La pregunta que se precipita es la siguiente: pero ese vacío… ¿Dónde
estaba antes?
Afirma a continuación : “todo lo que hay en el mundo solo
se vuelve propiamente un hecho si se articula con el significante”
Para luego detenerse en el
estatuto que le otorga a la verdad: “designar en el decir, la falta”
“Lo que del hecho no puede decirse se designa, pero en el
decir, por su falta, y eso es la verdad. Por eso la verdad siempre se insinúa,
pero puede inscribirse también de manera perfectamente calculada allí donde
solo ella tiene su lugar, entre líneas”
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