ACTA 11. 7/8/10
La
respuesta y el llamado
Siguiendo
con la clase 5 “Yo soy lo que yo es” del Seminario 16, retomamos puntos trabajados en la reunión
anterior respecto del “Tú eres” como voz de Dios en el Sinaí. Se trata de un
imperativo del super yo. El llamado está, sólo se sabe después que se escucha,
no está predeterminado. El llamado está en la biblia. Lacan apunta siempre a lo
indeterminado.
El
campo del Otro, es campo de inscripción de lo que se articula en el discurso.
Dice Lacan: “A partir de su estructura podrá definirse, en un segundo tiempo,
la posibilidad del tú, que va a alcanzarnos y requerir algo que tendrá que
decirse yo, tercer tiempo”[1]. La
tercera persona muestra su presencia en el “Tú eres”. La respuesta es una
respuesta neurótica. Si nadie nos llamó, podemos pensar en el autismo. No hay
nada qué responder, no hay a qué responder, no hubo llamado, la responsabilidad
queda en el Otro, en el llamado.
Si
hacemos hincapié en la respuesta, allí vemos cómo fue el llamado, él mismo está
ligado al azar. Es la neurosis quien hace del azar un destino. Freud nos habla
de los reproches a la madre.
Existen
significantes que nos marcan, pero no nos determinan. Veamos el Hombre de las
ratas: “serás un gran hombre o un criminal”. No es lo mismo que por ejemplo
“serás un pollito”. Nos preguntamos desde el psicoanálisis, cómo responder a
eso. Sino el psicoanálisis seria una religión.
En
el seminario 2, encontramos un super yo heredero del pecado de los padres. Aquí
se instala la falla del lenguaje, la herencia es la falla del Otro, la falla de
la demanda.
Textos
de Freud interesantes:
-“Los
de excepción” 1916, donde muestra a quienes creen que la vida les debe algo.
Reclaman.
-
“Carta a Romanie Rolland (Una perturbación del recuerdo en la Acrópolis)” 1936.
Azar
y necesidad
Tomamos
a los griegos como exponentes del destino. Pero encontramos justamente en Edipo
dos actos que no están escritos, no se encuentran en el oráculo: Edipo
arrancándose los ojos y el suicidio de Yocasta. Aquí ubicamos lo singular.
Pensamos
en la psicoterapia como intento de callar e integrar al paciente, marcando una
y otra vez el ideal. Si el paciente habla muestra la falla. El yo es paranoico
por definición. La psicoterapia paranoiquiza al sujeto. Freud lo llama locura
razonante.
J.
Austin en su texto “How to do things
with words (Cómo hacer cosas con palabras)” realiza aportes a los verbos
performativos. Son verbos en presente, que se realizan en el momento. Por
ejemplo: juro, corro, declaro, prometo. No se tratan de simples afirmaciones
sino que sirven para hacer algo, te comprometen. Austin trabaja desde el yo.
Dice Lacan “este yo es siempre impronunciable en toda verdad. Por eso todo el
mundo sabe hasta que punto es embarazoso, y preferible, como lo recuerdan las
leyes de la palabra misma, no decir nunca yo juro”[2].
Il
pleut
Lacan
nos propone una hoja en blanco, finita, dónde se encuentran inscriptos la
totalidad de los significantes, esto es posible si elegimos el nivel en el que
el significante se reduce al fonema. Si ponemos todos los fonemas en una
página, el sujeto es necesario ponerlo afuera. Si quedara adentro el sujeto sería
un fonema. Es la paradoja de Rusell.
Plantea
Lacan: “Fuera de la página en blanco estará el s2, este otro significante que
interviene cuando enuncio que el significante es lo que representa a un sujeto
para otro significante. El s2 está fuera de la página”[3].
Fonemas
s1, me representa ante el Otro. Cada vez que algo se dice está en juego s1y s2.
La
relación que hay entre el sujeto y el Otro, es mediada por el objeto a.
Tomamos
el ejemplo que da Lacan en francés: Il pleut. Él mismo marca algún sujeto para
el francés. Quien dice “Il pelut”, crea un acontecimiento discursivo llueva o
no.
Nos
preguntamos: ¿Qué marca la enunciación? El sujeto que lo dice aparece como
secundario. Lo importante es el dicho “Il pleut, el llueve”, remite a que hay
alguien que lo dice.
En
el gráfico de la pagina 76, vemos claramente que el saber está fuera del campo
del Otro, me representa frente al Otro. Dice Lacan “calificar al sujeto como
tal nos pone fuera del Otro. Este nos pone (nous met) es quizás una forma de
noúmeno que nos conducirá más lejos”[4]. No
es fácil de captar, no se capta en espacio y tiempo.
Inconsistencia
del Otro
Nos
detenemos en la siguiente frase de Lacan: “En la medida que el campo del Otro
no es consistente, la enunciación adopta el giro de la demanda, y esto antes
incluso que se aloje allí lo que sea que carnalmente responda a eso. Ir lo mas
lejos en la interrogación del campo del
Otro como tal permite percibir su falla”[5].
Planteamos
que antes que el Otro sea Otro, ya por el hecho de que hay lenguaje no es
consistente. Cuando le hablamos al Otro es porque no es consistente.
Significante
de una falta en el Otro, quiere decir que el Otro es inconsistente. Como el
Otro está castrado le demando amor, que me falte, que me falle. Dice Lacan que
la matemática muestra que el Otro está barrado. Lo no demostrable escapa porque
no puede sostenerse que no es demostrable. Dice Lacan se abre otra dimensión:
lo no decible. No puedo demostrar que es verdadero o falso.
En
el grafo del deseo encontramos que pulsión y significante de una falta en el
Otro, están en el mismo nivel. Significante de una falta en el Otro implica,
castración en el Otro, introduce la falla en la estructura, deseo del Otro.
En
el Seminario 5 y 6, la falla que encuentro en la articulación del Otro, esa es
la castración. Ese significante que revela y designa la castración es el falo.
Un significante que queda afuera pero que ordena. Existe una falla estructural,
con eso cada uno se las tiene que arreglar. Ese significante no me termina de
representar, pero revela en mi deseo que hay una falla estructural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario