Acta 12.07.14

  “La última vez di una forma estructural a lo que apunta lo que pensé titular este año con los términos De Otro al otro. Se trata en suma de que todo lo que se deja atrapar en la función del significante ya no será nunca dos sin que se cave en el lugar llamado Otro eso a lo que di la ve pasada el estatuto del conjunto vacío” p. 343

        Se extrae a partir de este párrafo el uno en más como conjunto vacío: Ø.
El acento puesto en este uno en más es presentado como exterior a lo subjetivo. No tiene que ver con lo intra o inter subjetivo.

        En todos los conjuntos el conjunto vacío cuenta como un elemento; éste elemento que, además se caracteriza por ser siempre igual, surge como premisa de todo conjunto. De este modo no hay distintos conjuntos vacíos.

Respecto del título del seminario: De un Otro al otro, Lacan propone que desliza de algún modo la afirmación que anteriormente hizo acerca del sujeto: “El sujeto es representado por un significante para otro significante”

        En el seminario: “La lógica del fantasma” el Otro es el cuerpo. Cuando Lacan dice: “Si el Otro existiera..”, en términos de este seminario incluir el  Ø es otra manera de decir el Otro no existe.

        Se ubica el plus de goce en el Otro, porque en el Otro está el conjunto vacío (Ø). La respuesta del neurótico ante el vacío en el Otro es taponar con la culpa. El perverso se ubica allí como objeto para taponar la falta.

        En el seminario 5 revela que el Otro es otro sujeto, introduce allí otro encarnado; Lacan allí hace alusión a la nausea, al asco, al cuerpo. Aquí quiebra con eso, no se trata de otro sujeto. Aparece la inconsistencia del Otro como intrínseca al Otro mismo. Es el a como horma del Otro.
        De este modo el 1 en más se presenta como distintos valores de una misma variable:
-      Lo exterior
-      El significante en más
-      Un rasgo
-      El enforma
-      Conjunto vacío
-      Plus de goce
Como ya hemos dicho en otra oportunidad: se trata de un exceso que genera falta, un plus que resta.

        El saber implica la articulación de significantes velando la Verdad. Lacan anticipa aquí la constitución de los discursos: el discurso del amo (o inconciente), su reverso: el discurso del analista, el discurso histérico y el discurso universitario.

        “No dije que el Otro no sabe. Los que dicen esto son los que no saben gran cosa, pese a todos mis esfuerzos por enseñarles. Dije que el Otro sabe, como es evidente, puesto que es el lugar del inconsciente. Solo que no es un sujeto. La negación en la fórmula no hay sujeto supuesto saber, suponiendo que alguna vez haya dicho esto de esta forma negativa, recae sobre el sujeto, no sobre el saber. Resulta además fácil de captar por poco que se tenga una experiencia del inconsciente, ya que esta se distingue justamente porque no se sabe ahí dentro quién sabe.
        Podemos escribirlo de dos maneras
                Quién es quien sabe
                Quién sabe quién es”

        Este párrafo alude a un saber sin sujeto o al menos no un sujeto identificable.

        Se discute sobre la constitución del Otro, si se trata de otro dado de entrada, prexistente o de Otro que se constituye. Llegamos a la idea de que el Otro llama, en un primer momento y hay que ver que respuesta obtiene, es decir, si el sujeto contesta y de qué modo.
Así que haya Otro prexistente y que se constituya no son excluyentes puesto que puede prexistir, mas luego, en un segundo tiempo se verá que lugar obtiene este Otro.

        Lacan subraya la confusión que se produce de tomar al Otro como uno, debido a que en el Otro hay justamente 1 pero también el uno en más, Ø.

        En el punto 3 propone que: hay una estructura psíquica que restaura al Otro en su integridad. Se discute si al mismo tiempo no se confirma en el neurótico que el sujeto intenta hacerlo deconsistir ubicando allí la falta.
Respecto de este punto surge que esto es algo muy importante a tener en cuenta transferencialmente; el analista a veces se presenta como tan Otro que el paciente interviene para hacerle faltar algo, le reclama que sea Otro, pero cuanto más Otro más necesita hacerle faltar algo.

        En el punto 4 trabaja sobre la histérica y la mujer. Propone que la mujer quiere acceder al goce identificándose al hombre que detenta el falo.  De este modo la histérica no se toma por la mujer, hace del Sujeto supuesto Saber, es decir, del hombre (allí donde su goce está en relación con la erección y la detumescencia). Lo que está en juego es cómo se goza en relación al cuerpo del otro.
Se introducen aquí ejemplos de la clínica actual, la terminología discursiva que se impone en las mujeres: se me baja (la libido), me lo comí, que aluden también al derecho de la mujer al goce del hombre. Es así que las mujeres toman un rol masculino y los muchachos ya no saben como ponerse. Allí aparece su queja, que ya no es más: los hombres son todos iguales, sino: ya no hay hombres!
Se comenta también cómo van desapareciendo problemáticas de una época tales como: la bulimia-anorexia, de las que prácticamente ya no se habla.

        “Los neuróticos suponen sabidas verdades ocultas. Hay que liberarlas de esta suposición para que ellos, los neuróticos, dejen de encarnar esta verdad”


 Marcelo Lavalle

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