Cuestiona qué se entiende por “libertad de
pensamiento”. Objetivamente el pensamiento no es libre ya que del lado
de lo objetivo se encuentra la norma y con ella la excepción y la transgresión.
En relación a estas dos últimas se puede pensar la libertad.
Hace un giro en su pregunta y se cuestiona
por el lugar donde se ejerce el libre pensamiento y afirma que sólo se ejerce
en campo de la utopía, es decir en el “no lugar”.
“… Cómo se expresa en el registro del saber
lo que atañe a la libertad de pensamiento.” (p.247)
Apela a Hegel y dice que éste extiende el
cogito cartesiano: al “yo sé que pienso” agrega: “yo estoy donde yo
pienso-quiero”. Esto es una ilusión porque es necesario el tiempo para poder
saber si ese era el lugar. La significación del ESTOY es retroactiva, con lo
cual no hay libertad de pensamiento.
Pensar el paso del tiempo como conclusión
del saber también es utópico, ya que éste implica la muerte.
Pone en tensión los términos: SABER –
VERDAD – PENSAMIENTO.
“La noción de que la VERDAD del PENSAMIENTO
se halla fuera de él mismo, que necesita en cada momento la relación del sujeto
con el SABER, y que este saber está condicionado por cierto número de períodos
necesarios, constituye una clave cuya aplicabilidad en cada vuelta de nuestra
experiencia sólo es posible sin duda sentir…” (p.248)
“Yo estoy donde yo quiero” sería la
expresión más clara del libre pensamiento, pero Hegel ilumina lo “inenunciable”
de la frase, al igual que el deseo, se presentan como inarticulables.
Introduce el inconsciente freudiano en
contraposición a Hegel: por un lado el “yo estoy donde pienso” hegeliano y por
otro, el “yo no sé” freudiano.
En términos estructurales el deseo es deseo
de saber, sobre eso de lo cual no se tiene noticias, ya que el deseo es el
deseo del Otro, encarnado en un cuerpo (separado de goce).
Hegel toma a la VERDAD como lugar donde se
ubica lo que “yo pienso”. Freud toma a la VERDAD como causa de lo que “yo
pienso”, como causa del deseo (de SABER). La función del “yo sé”, es la de
velar el “yo no sé” del origen.
GRAFICO (P. 241).
Verdad y saber no se excluyen, se unen
(banda de moebius).
VERDAD: “interrogada en el inconsciente
como insuficiencia creadora del saber y como punto de origen del deseo de
saber”.
SABER: “correlato de esa debilidad”.
Vuelve a preguntarse sobre el pensamiento
intentando ubicar dónde se ubica el sujeto en el saber.
Ya que al “yo no sé” inicial, estructural
no es posible acceder, todo pensamiento sería censura de ese “no saber”. Hace
un juego de palaras diciendo: CENSAMIENTO PENSURA.
El “yo no sé” representa la castración, el
agujero estructural y el pensamiento, lo no representable porque está barrado
por la prohibición del goce.
El psicoanálisis usa la asociación libre
para que se produzca el sujeto, para que aparezca. Asociación libre de reglas,
normas. Compara el psicoanálisis con el surrealismo, donde también hay
producción, pero de obra de arte. Usamos el método psicoanalítico desligándonos
de la lógica, pero no de la gramática. Ya que en el inconsciente no hay
principio de contradicción, no hay negación, pero sí está estructurado por la
gramática y el fantasma es una expresión de esto. El fantasma neurótico
diferencia la lógica de la gramática.
Carla Riccono
No hay comentarios:
Publicar un comentario