Cap. 12 La sexualidad en los
desfiladeros del signifante
La transferencia es la
puesta en acto de la realidad del inconsciente.
La libido
para Freud es la presencia como tal del deseo. Deseo que no es sustancia, que
está presente en el proceso primario, y que rige hasta el modo en que hemos de
abordarlo. P 159.
Con el
análisis debe revelarse lo tocante a ese punto nodal por el cual la pulsación
del inconsciente está vinculada con la realidad sexual. Este punto nodal se
llama deseo (y el deseo se situa en la dependencia de la demanda) p160
Desidero
es el cógito freudiano. A partir de allí, necesariamente, se instaura lo
esencial del proceso primario.
A partir
de 8 interior: Inscribo en el punto donde el lóbulo definido como campo del desarrollo
del inconsciente recubre y oculta al otro lóbulo, el de la realidad sexual. La
libido pareciera ser, entonces, lo que pertenece a ambos. Pero ese sector es,
en verdad, un vacío.
Cap. 13
Desmontaje de la pulsión
En la experiencia
encontramos algo que posee el carácter de lo irrepresible aún a través de las
represiones –por lo demás, si ha de haber represión es porque del otro lado
algo ejerce una presión. Pag 169
¿Pertenece la pulsión al
registro de lo orgánico? ¿Se trata de una noción simple que se completa con la
referencia a una trabazón de esta inercia que sería la fijación? P 169
No creo que sea así. La
pulsión no es el empuje (Drang). En Pulsiones y destinos: Drang-empuje,
Quelle-fuente, Objekt-objeto, Ziel-meta. P 170
Mi propósito es probar que
todo el texto se empeña en demostrar que no es tan natural como pudiera
creerse. P 170
Freud propone mito, que voy
a descartar para tomar Konvention, que se aproxima más a lo que está en juego y
que designaré mediante ese término de Bentham, una ficción.
Esos 4 términos solo pueden
aparecer disyuntos. P171
El empuje: una simple y
llana tendencia a la descarga, el Qn del Proyecto. Pero se trata de un estímulo
interno. Pero no se trata de necesidades como el hambre y la sed.
¿Se trata de una irrupción de lo
real en su estado de conjunto? ¿Está en este caso involucrado el ser viviente?
No.
Se trata del Real Ich, cuyo
soporte no es el organismo entero sino el sistema nervioso.
La característica de la
pulsión es la de ser una fuerza constante. Esta constancia impide cualquier
asimilación de la pulsión a una función biológica, la cual siempre tiene un
ritmo.
172
¿Qué quiere decir la
satisfacción de la pulsión? Me dirán que es llegar a su Ziel, a su meta.
173 Objeción: una de las vicisitudes
de la pulsión es la sublimación, que es también satisfacción a pesar de que la
satisfacción está inhibida en su meta (zielghemmt)
El único alcance de la
función de la pulsión para nosotros es poner en tela de juicio este asunto de
la satisfacción.
Es evidente que los
pacientes no están satisfechos con lo que son. No obstante sus síntomas tienen
que ver con la satisfacción. Satisfacen a algo que sin duda va en contra de lo
que podría satisfacerlos, lo satisfacen en el sentido de que cumplen con lo que
ese algo exige. El asunto está en saber qué es ese Se que queda allí
contentado.
Hasta cierto punto penan
demasiado. 174 Este penar de más es la única justificación de nuestra
intervención. Entonces no puede decirse que en lo que toca a la satisfacción no
se alcanza la meta. Sí se alcanza.
Sabemos que la forma de
acomodo entre lo que anda mal y lo que anda bien constituyen una serie
continua. En el análisis tenemos ante nosotros un sistema donde todo se acomoda
y que alcanza su propio tipo de satisfacción.
Esta satisfacción es
paradójica. Allí entra en juego la categoría de lo imposible. El camino del
sujeto –y aquí pronuncio el único término en relación al cual puede situarse la
satisfacción-, pasa entre dos murallas de imposible. Como lo opuesto a lo
posible es lo real, tendremos que definir lo real como lo imposible.
En Freud, lo real aparece
como el obstáculo al principio del placer. Lo real es el tropiezo, el hecho de
que las cosas no se acomodan de inmediato.
175 En cierto modo, al dar con su
objeto la pulsión se entera de que no es así como se satisface. Ningún objeto
de ninguna necesidad puede satisfacer la pulsión. La boca no se satisface con
comida sino con el placer de la boca.
Freud lo dice: el objeto es
indiferente, no tiene ninguna importancia. Al objeto (a) la pulsión le da
vuelta, lo contornea. 176 Tour: punto al cual se gira, y trick, juego de manos
La fuente: ¿Por qué las zonas
llamadas erógenas se reconocen sólo en esos puntos que para nosotros se
diferencian por su estructura de borde? ¿Por qué se habla de la boca y no del
esófago o del estómago? Estos participan también de la pulsión oral. Pero en lo
que respecta a lo erógeno hablamos de la boca.
La pulsión se parece a un
montaje, como algo sin ton ni son, un collage surrealista.
177 En Freud verán a cada rato,
sin transición, el salto entre las imágenes más heterogéneas entre sí.
¿Cómo puede decirse simple
y llanamente, como lo hace Freud, que el exhibicionismo es lo contrario del
voyerismo, o que el masoquismo es lo contrario del sadismo? Freud formula esto
como si el sujeto y el objeto gramaticales fueran funciones reales. Es fácil
demostrar que no es así.
Pero, en torno a este juego Freud
nos hace vislumbrar algo de la esencia de la pulsión que definiré la próxima
vez como el trazado del acto.
Cap. 14 La pulsión parcial y su
circuito
182 Pulsiones y sus
destinos está dividido en dos vertientes –en primer lugar, el desmontaje de la
pulsión- en segundo lugar, el exámen del das Lieben, en el acto de amor.
Freud formula expresamente
que de ninguna manera puede considerarse al amor como representante de lo que
él mismo interroga con el término die ganze Sexualstrebung, o sea, la
tendencia, las formas, la convergencia del esfuerzo sexual, en tanto sea algo
que culmine en Ganze, un todo susceptible de ser aprehendido, y que sintetice
su esencia y su función.
Respecto de la reproducción
las pulsiones son pulsiones parciales.
La pulsión es el montaje a
través del cual la sexualidad participa en la vida psíquica, y de una manera
que tiene que conformarse con la estructura de hiancia característica del
inconsciente.
183 La sexualidad se aloja en el
intervalo entre los significantes.
184 La sexualidad pasa por las
redes del sgte, sólo se realiza mediante pulsiones parciales respecto de la
finalidad biológica de la sexualidad.
La integración de la
sexualidad a la dialéctica del deseo requiere que entre en juego algo del
cuerpo que podríamos designar con el término aparejo –entendido como aquello con
lo que los cuerpos pueden aparejarse en lo que toca a la sexualidad, que ha de
distinguirse de aquello con lo que los cuerpos pueden aparearse.
185 Freud nos presenta la pulsión
con sus tres voces: activa, pasiva y media. Desde el comienzo se da cuenta del
vaivén de la pulsión en su reversión fundamental, en su carácter circular.
186 …lo nuevo es ver aparecer un
sujeto. Este sujeto es propiamente el otro. Sólo con su aparición en el otro
puede ser realizada la función de la pulsión.
Pregunta por la meta de la
pulsión. Introduce del inglés dos términos: el Aim, como trayecto, y el Goal
como haber marcado un punto.
La meta de la pulsión no es
otra que su regreso en forma de circuito: boca que se besa a sí misma.
187 Hay algo que nos obliga a distinguir
esta satisfacción del puro y simple autoerotismo de la zona erógena, y es el
objeto, que no es otra cosa que un hueco, un vacío que cualquier objeto puede
ocupar.
El objeto a no es el origen
de la pulsión oral. No se presenta como el alimento primigenio, se presenta
porque no hay alimento alguno que satisfaga nunca la pulsión oral, a no ser
contorneando el objeto eternamente faltante.
El paso de la pulsión oral
a la pulsión anal no es producto de un proceso de maduración, es el producto de
la intervención de algo que no pertenece al campo de la pulsión –la
intervención, la inversión de la demanda del Otro.
188 Esta articulación nos lleva a
considerar la manifestación de la pulsión el modo de un sujeto acéfalo, pues
todo en ella se articula en términos de tensión, y su relación con el sujeto es
tan solo de comunidad topológica. Articulé el inconciente como algo que
se sitúa en las hiancias que la distribución delas investiciones significantes
instaura en el sujeto, figuradas en el algoritmo como el rombo ◊ que
coloco en el centro de toda relación del inconsciente entre la realidad y el
sujeto. Pues bien, la pulsión desempeña su papel en el funcionamiento del
inconsciente debido a que algo en el aparejo del cuerpo está estructurado de la
misma manera, debido a la unidad topológica de las hiancias en cuestión.
190 Freud pregunta ¿en qué momento
vemos introducirse la posibilidad del dolor en la pulsión sado-masoquista?
Posibilidad del dolor padecido por lo que en ese momento se ha convertido en
sujeto de la pulsión. Es el momento, dice Freud, en que el lazo se ha cerrado,
en que ha habido una reversión de un polo al otro, en que el otro entró en
juego, en que el sujeto se tomó como término, terminal, de la pulsión. En ese
preciso momento entra en juego el dolor en la medida en que el sujeto lo padece
del otro.
…el camino de la pulsión es la
única forma de transgresión permitida al sujeto con respecto al principio del
placer.
El sujeto se dará cuenta de
que su deseo no es más que un vano rodeo para pescar, engarzar, el goce del
otro –en la medida en que al intervenir el otro, el sujeto se dará cuenta de
que hay un goce más allá del principio del placer.
Cap. 15 Del amor a la libido
195 En el sujeto que,
alternativamente, se muestra y se esconde, según las pulsaciones del
inconsciente, solo captamos pulsiones parciales.
196 Freud pone de un lado las
pulsiones parciales y del otro lado el amor.
198 El nivel del Ich es
no-pulsional, y en él Freud funda el amor.
200
Así el campo del amor se encuentra dentro del marco del narcisismo.
201
La sexualidad como tal hace acto de presencia, ejerce su actividad propia, por
intermedio de las pulsiones parciales, aunque esto parezca paradójico.
A través del recorrido circular de
la pulsión alrededor del objeto el sujeto llega a alcanzar la dimensión del A.
Hay una distinción entre amarse a
través del otro y la heterogeneidad que se circunscribe entre el ida y vuelta
de la pulsión.
203 Consideremos la pulsión oral
¿Qué es? Se habla de fantasmas de devoración, hacerse engullir.
Éste es el término otrificado de la pulsión oral, que linda con todas las
resonancias del masoquismo. La pulsión oral es el hacerse chupar, es el
vampiro.
¿No parece como si la pulsión, en
esa vuelta al revés que representa su bolsa, al invaginarse a través de la zona
erógena, tiene por misión ir en busca de algo que, cada vez, responde en el
Otro?
204 Opone a la fábula de
Aristófanes la laminilla. Es una cosa que pierde el feto al nacer,
extraplana y se desplaza como la ameba.
Es algo que está relacionado con
lo que el ser sexuado pierde en la sexualidad. Como la ameba es inmortal porque
subsiste a todas las divisiones y su carrera no se detiene.
Este órgano que se caracteriza por
no existir es la libido. Es la libido como puro instinto de vida irreprimible.
Es justamente lo que se le sustrae al ser sexuado al estar sometido a al ciclo
de la reproducción sexual. Y de esto son los representantes, los equivalentes
todas las formas enumerables del objeto a.
211 La relación con el Otro hace
surgir, para nosotros, lo que representa la laminilla –no la polaridad sexuada,
la relación de lo masculino con lo femenino, sino la relación del sujeto viviente
con lo que pierde por tener que pasar por el ciclo sexual para reproducirse.
Así explico la afinidad
esencial de toda pulsión con la zona de la muerte y concilio las dos caras de
la pulsión –la pulsión que, a un tiempo, presentifica la sexualidad en el
inconsciente y representa en su esencia, a la muerte.
208 Coincido con Freud cuando
distingue la reciprocidad en el campo del amor (amar y ser amado) y la pura
actividad en el campo de la pulsión. Sólo se trata de pura actividad para el
sujeto.
Marcelo La Valle
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