ACTA 6. 21/11/09

Clase 3: Topología del Otro

Retomamos algunos puntos de la reunión anterior sobre esta clase. A partir de la definición de sujeto (un significante lo representa para otro significante), planteamos un sujeto del inconciente, sujeto sujetado al inconciente. Pero el inconciente no tiene sujeto. Aquí se plantea un interrogante. Proponemos retomar el Seminario 6.

Tomamos el libro de Marchilli, D´Angelo, Carbajal: “Una introducción a Lacan”:
o                   Página 73: “S (A) es el significado del Otro, el significado aportado por la lectura del A, lo que es sancionado como verdadero. Esto no quiere decir que este significado sea necesariamente conciente, puesto que podríamos ubicar allí también al síntoma, piensen en Isabel de R (…) metáfora cristalizada, que tiene para el sujeto valor de verdad”. Aquí nos preguntamos ¿dónde ubicar el síntoma? Tiene para el sujeto valor de verdad.
o                   En la misma página encontramos: “S (A/) indica que lo que no puede producirse como significado es efecto de que falta un significante en el Otro”. Significante del Otro barrado, no puede producirse un significado, falta un significante en el Otro.
o                    Luego en la pagina 73: “Inversamente puede decirse que el hecho de que el significado se produzca y no sea un dato inicial como en el signo saussureano, es efecto de que en el Otro falta un significante”. Hay un significado, se produce un síntoma. He aquí una inversión: el síntoma como producto del significante del Otro barrado. Hay síntoma porque en el Otro falta un significante. Si pensamos en el significado como un estado del significante, es un efecto. La respuesta sintomática, el deseo del Otro.

Volvemos al Seminario 16, en la página 49, nos detenemos en el grafo. La línea de abajo es la línea de la demanda, del yo-tu, (el circuito del discurso común), alguien habla, cree lo que dice. La enunciación es la tercera persona,  por ejemplo en el Seminario 6 encontramos “él no sabia”.
En la pagina 50 dice Lacan: “En esta génesis subjetiva el saber se presenta al comienzo como el término donde se extingue el sujeto”. El origen del sujeto lo podemos pensar ligado a un saber extinguido, término opaco, saber inconciente. Fading: extinción
Con respecto a lo anterior podemos pensar en el Seminario La lógica del fantasma, Lacan trabaja alienación y separación. Rechazo respecto de alienación. Y en “Posición del Inconciente”, Lacan trabaja en relación a un sujeto que se ubica en la cadena significante, sufre un rechazo. Alienación en el Otro, hay un rechazo en el Otro, porque no encuentra un significante que lo determine. Soy otro respecto del significante.

Siguiendo con la clase 3, decimos que el significante rechaza, no otorga existencia. No hay equivalencia entre significante y sujeto barrado. El sujeto no tiene centro, tiene agujeros. Frente a un s2, plateamos: fading, rechazo, alienación, pérdida de un sujeto. En el inconciente no hay sujeto. Cualquier significante puede ser síntoma, s1. Por ejemplo en “El hombre de las ratas”, serás un gran hombre o un criminal.
Nos preguntamos: ¿Qué es el s2 y por qué es necesario el fantasma? El fantasma es pensado desde la falta en el Otro. Como no hay respuesta, respondo con síntomas y fantasma. Si pensamos en Freud, dirá, fijación libidinal. Se empieza a gozar con ello. Difícil encontrar otro modo.

Definición de Lacan para el sujeto, en la que es representado por un significante (s1) para otro significante (s2). El s2 es el Otro. Alteridad del s2. En el inconciente no hay sujeto, y proponemos lo siguiente: forclusión del sujeto, rechazo, fading, alienación.

Diferenciamos rasgo unario de s1. El rasgo unario es inasible, es una marca, se trata de lo que permite la cuenta de los significantes.
En esta clase Lacan toma la paradoja de Russel. El pertenecer a sí mismo, estar inscripto como catalogo x, y no pertenecer a x. Rusell discute la teoría de los conjuntos, donde se trata de un universo cerrado en donde puede estar todo. Dice Lacan en la pagina 51: “Como nada se indica en la primera definición de la función del significante salvo que el significante representa al sujeto en su relación con otro significante, podemos definir esta relación (…) de pertenencia”. Luego dice en la pagina 52: “Considerar como una clase todos los elementos de tal conexión, en la medida que cada uno puede escribirse que no pertenece a si mismo, entraña una paradoja. Se trata de algo demostrable”.

Retomamos la relación saber- verdad, planteado al principio de la reunión. En el Seminario 24, no tienen ninguna relación saber y verdad. Planteamos a partir de la clase 3, de nuestro Seminario, que a un analista le interesa qué verdad se pone en juego. Entre las líneas del saber se encuentra la verdad. Entre la falla del saber aparece una verdad. Cuando hablamos de una verdad del sujeto, se trata de la falta que se pone en juego en el sujeto. Dice Lacan en la pagina 54: “Que A mayúscula (…) tenga en sí esta falla que obedece al hecho de que no se pueda saber lo que contiene, mas allá de su propio significante, es la cuestión decisiva donde asoma lo que ocurre con la falla del saber. En el medida en que la posibilidad del sujeto  (…) está suspendida del lugar del Otro, es (…) importante saber que lo que garantizaría (…) el lugar de la verdad, es él mismo un lugar agujereado”.
En el seminario 12, plantea Lacan tres círculos: saber, sujeto- verdad, sexualidad. No hay saber en el sujeto. No hay encuentro entre sexo y saber. Lo que tienen en común, lo que falta, a los tres círculos es el objeto a.

Continuamos pensando a partir de la definición de sujeto, y nos preguntamos ¿Qué hay en el Otro? Significantes. El Otro como conjunto de significantes. Cada vez que tengo un s1, tengo un s2, que es conjunto de todos los otros significantes que no son s1.

ACTA 5. 17/10/09


SEMINARIO XVI, CLASE 3: “LA TOPOLOGIA DEL OTRO”

Importancia de que subtitulo se llame par ordenado (x;y). Refiere a la escritura de relaciones; escritura de ordenaciones.

Hipótesis del seminario: “el goce constituye la sustancia de todo lo que hablamos en el psicoanálisis”. Subsume la idea de goce a partir del plus de gozar.
Plusvalía marxista. Homología no es analogía: la plusvalía es al discurso marxista lo que el plus de gozar es al psicoanálisis. Es lo que está en juego: la cinceladura del discurso.
Analogía es en relación al referente.
Objeto a como Marx inventó la plusvalía.

Formula del fantasma: el a tiene dos lugares o varias funciones: como producto (de la operación de la castración) o como resto (lo que cae del Otro). Un bebé es lo que cae de una relación, cae del cuerpo de una madre, es un producto. Como resto, introduce la idea de discurso. También funciona como causa del deseo. No es lo mismo pensarlo en relación al deseo, pero no quita las otras lecturas. (a) como plus de gozar no deja que no sea causa del deseo.

El objeto a es efecto del discurso psicoanalítico.
No habría discurso analítico ni revelación de la función del objeto a si el analista mismo no fuera este efecto.
Analista como efecto del discurso, todo funciona por incidencia del objeto a.
Discurso analítico: doble efecto, por un lado, el analista, y por otro, el objeto a. (no son oposiciones).
El a no está volando en el mundo, sino que está del lado del analista. Objeto a está en el analista, como efecto del discurso, está encarnado.
La presencia del analista como esto que articula eso que hace hablar, perder goce. (distinciones entre sesiones por chat, teléfono). Presencia del analista: silencio, pulsión de muerte, lugar del muerto.
Diferencia entre presencia física y hablando por teléfono.
Lugar de la voz (voz presente, voz telefónica). Analista es una presencia que hace hablar; se pierde en comunicaciones tele-lo-que-sea.
El teléfono es la defensa misma, es el aparato.

Analista como efecto y como síntoma.

El psicoanaliss sólo aparece como síntoma en la medida en que da un viraje decisivo del saber en la historia. El síntoma, plus de gozar, es efecto de discurso, como efecto de discurso en la historia.
Identidad entre plusvalía y objeto a.

“Lo que enuncio del sujeto como efecto mismo del discurso excluye absolutamente que el mío se vuelva sistema. Muy por el contrario, lo difícil de este discurso es indicar por su propio proceso cómo él mismo está gobernado, es señalar por una subordinación del sujeto psicoanalítico, cuyo soporte me vuelvo aquí, lo que lo gobierna y que sostienen todo el saber”.

Analista como EFECTO, SINTOMA Y SOPORTE del discurso analítico. a/S2
Objeto a en el lugar del agente, en el sentido que es la agencia, es el que comanda el discurso, el que lo hace funcionar. Lugar de vacío que permite el movimiento del sistema.
S2 está en el lugar de la verdad.
Objeto a como función operativa, si tuviera otra letra: otro tipo de discurso; u obtura.

El discurso analítico no arma sistema.
“Si se puede dejar en suspenso lo que anima PAGINA 44.

Esto resulta tanto más problemático cuanto que no nos está permitido de ninguna manera suplir esta falla salvo de modo artificial, y entonces necesitamos indicar cuidadosamente qué hacemos cuando nos permitimos designar esta falta, efecto de la significancia de algo que, pretendiendo significarla, no podría ser por definición un significante.

No podría ser por definición un significante. ¿Cómo se designa algo que falta?

S(A)
Falta del significante.
Falta en el significante.
Como fórmula de la privación.
¿Qué representa esta falta en el significante? Podemos aceptar que esta falta sea específica de nuestro destino extraviado. Pero allí donde designamos la falta como tal, esta siempre ha sido la misma. Si hay entonces algo que nos pone en contacto con la historia, es concebir cuánto, durante tanto tiempo, los hombres han podido arreglárselas con eso.
Falta de significante que de existencia unívoca.
Nombre propio: como sutura. Nominación; denominación.

2
Witz.
Cuán prehistórica es esta época respecto de la emergencia como tal del objeto a. Este no estaba aún prefigurado más que en la función del objeto metonímico, pero lo estaba plenamente para todo el que hubiera escuchado a continuación.

Pagina 46.
Grafo.
Al A, como lugar del código

Nuestro es que no representa el significante y el significado, sino dos estados del significante.
Un significado es un estado del significante.

Preguntemos por qué no falta la risa en el chiste. No falta porque está implicado un sujeto, que aún habrá que ver dónde ubicar.


3
PAGINA 53-
Sería necesario entonces que desarrolle lo suficiente la diferencia entre la definición del conjunto con relación a la de la clase. La cuestión está tan bien planteada en la lógica matemática, ¡que ojalá nos concerniera más de cerca ya que en ella los problemas se resuelven!, que en determinado punto está indicada que no hay la clase de los conjuntos que no se contienen a sí mismos. Ven que con esta inscripción  indicamos por lo menos un ejemplo.
Pero nosotros tenemos otra cosa que hacer que la lógica matemática, porque nuestra relación conel Otro es una relación más ardiente, una relación de demanda.


Acta 4. 5/9/09



Lectura del Seminario 16, clase 2: “Mercado del Saber, Huelga de la Verdad”

            En el apartado 1, ni bien comienza  Lacan resalta dos idea: 1- La estructura es lo real mismo.  2- la topología no se trata para él de una metáfora:

            “La estructura debe entenderse  en el sentido de que es lo  más real, que es lo real mismo.
            Al menos esto es lo que enuncio por mi parte y lo que señalé en otras oportunidades. Ya en la época en que dibujaba en el pizarrón, hasta manipulaba algunos de esos esquemas con los que se ilustra la topología, subrayaba que no se trataba de ninguna metáfora”

            Se retoma la idea propuesta por Lacan sobre un discurso sin palabra: desde la perspectiva de aquel discurso que no tiene la última palabra,  sería aquél que dice una imposibilidad. Allí se pone en juego una imposibilidad, es decir, cómo en ese discurso se da lugar a la imposibilidad.
            Lacan lo dice en estos términos:
           
“La estructura es entonces real, lo que se determina generalmente por convergencia hacia una imposibilidad. Por eso es real”
            Un poco más delante de la clase, como un ejemplo de imposibilidad explicita la muerte, en el sentido que de ella no se puede tener experiencia, es decir no se puede hablar de la propia muerte.


            Evoca el escrito “La cosa freudiana” donde afirma: “Yo la verdad hablo”, no en el sentido de atribuirse la verdad en aquello que dice, sino que en el decir mismo la verdad se pone en juego. Se explicita la oposición, en tono de ejemplo, de lo que sería en un análisis:

Hablar sobre la infancia                         La infancia habla en mi

Del orden del decir                                 Hablar sobre, como si                                    
                                                                   existiese la posibilidad


En un discurso que es real               Un discurso que hace consistir 
No se habla de, sino más
Bien, Eso habla

            Se menciona a Heráclito, en la misma línea, ya que éste afirmaba:
“Yo no hablo, algo habla en mí”

            Finalmente en la página 39 dice:
“ningún discurso puede decir la verdad. El discurso que se sostiene es el que puede sostenerse bastante tiempo sin que ustedes tengan motivos para pedirle explicaciones de su verdad”


Cómo ejes, entonces, se han ubicado:
1-                 El lugar de la letra, ya que el significante no es idéntico a sí mismo, viola el principio de identidad de la lógica.

2-                 La estructura es real.  La figura topológica del toro es el sujeto mismo, en su abrazo al otro toro, como el Otro.
Surge el corte como aquel elemento que devela la estructura. Utiliza la siguiente imagen en relación a esto último:

            “Por el modo en que esta cinceladura cae en la estructura, se revela como lo que es. Si se desplaza la cinceladura a alguna parte, las relaciones cambian, de modo que lo que no se veía antes se ve después.”

3-                 Hay una ruptura del metalenguaje: no es posible hablar de…
Por ello se impone como una condición exigible para el análisis la asociación libre

            En el comienzo del apartado 2 comienza diciendo que todo discurso implica consecuencias. Se había servido del discurso de la física para ejemplificar claramente cómo un discurso puede tenerlas. Pero se precipita entonces a partir de estas afirmaciones la pregunta: ¿Cuál es el discurso que le conviene al psicoanálisis?
            Aquí  Lacan introduce la lógica, supuestamente como base de la ciencia, para mostrar cómo no es posible valerse de ella en la dimensión del significante.
            Entonces ¿pensar en el concepto de letra, habilita a otro modo de intervención para el psicoanálisis?

            Se destaca del apartado 3 el siguiente párrafo:

            “La medida en que cada uno sufre en su relación con el goce, en la medida en que este solo interviene por la función del plus-de-gozar, he aquí el síntoma…”

3º Encuentro: 4/07/09
Lectura: Seminario 16. Clase 1: “De la plusvalía al plus de gozar”.
“En nuestro nivel solo cuenta esta pérdida. No idéntico de aquí en más a sí mismo, el sujeto ya no goza. Algo está perdido y se llama el plus- de- gozar (…)”[1]

Plus de gozar

Lacan toma un concepto de Marx, la plusvalía y realiza una homología llamada: plus de gozar. Destaca un nuevo valor del objeto a, que es el valor de plus de goce. En este seminario no se trata del objeto a como causa del deseo.
En la clase 1/04/09  “Cosas de finura en psicoanálisis” Miller, toma el objeto a como plus de gozar y sostiene que el goce adquiere un nuevo uso, donde la diferencia entre placer y goce aparece como inesencial. En “Posición del inconciente” Lacan, establece que el significante es la causa del goce en el cuerpo.
La función plus de gozar “aparece debido al discurso y demuestra en la renuncia al goce un efecto del discurso mismo (…) el discurso posee los medios de gozar en la medida que implica al sujeto. No habría razón alguna de sujeto (…) sino hubiera en el mercado del Otro como correlato el establecimiento de un plus-de-gozar recuperado por algunos”.[2] Porque hay discurso, hay renuncia al goce. El discurso mismo implica una renuncia y otorga los medios de gozar.
En  nuestra primera reunión, trabajamos  con el seminario 5: el chiste y la recuperación de placer. Hay una recompensa con el chiste, con la aparición de un sentido secreto. El signo, habíamos dicho es la risa. Con la risa del otro como partenaire se recupera placer.
Podemos plantear una recuperación vía el chiste, el fantasma y el síntoma.
Con respecto al fantasma, podemos pensar el modelo de Freud de “Pegan a un niño”. En la fantasía de ser pegado hay una satisfacción. En la clase primera del seminario 16, plantea Lacan un goce que se constituye como pérdida, es un plus de gozar. En el síntoma, podemos decir, aparece como satisfacción lo que se pierde. En la clase mencionada, encontramos que en el mercado del Otro, existe un plus de gozar recuperado por algunos.

¿Discurso sin palabra?
Se comenta sobre un error de traducción. En la versión corregida por Miller, la frase que escribe Lacan en el pizarrón es la siguiente: “La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabras”[3]. Pero la cita textual en francés es: “C'est bien pour cette raison que ce que je prefére, c'est un discours sans parole”[4]. Lo que cambia es el singular de: palabra. Se referirá Lacan a ¿un discurso sin palabra plena? ¿Sin la última palabra como lo menciona en el Seminario 18? En la estructura discursiva hay algo que no es completo.
En la versión de la escuela freudiana encontramos lo siguiente: “(…) he tomado cuidado en escribir, hace un momento en el pizarrón, sobre la esencia de la teoría: "La esencia de la teoría psicoanalítica es un discurso sin palabra". La esencia de la teoría psicoanalítica es la función del discurso y precisamente en lo que podría parecerles nuevo, o al menos paradojal: que yo lo diga sin palabra. Se trata de la esencia de la teoría en tanto que eso es lo que está en juego”.
Trabajamos sobre la oración que toma Lacan en francés: Il pleut (Llueve). La diferencia entre palabra y lenguaje. El sujeto está presente en Il pleut, es en primer lugar ese il (él), es “ese hile [cicatriz] (…) que deja en cierto numero de significaciones”.[5]
En el seminario 2, clase 19 (Introducción al gran Otro) retoma Lacan el valor de constatación del lenguaje. No es suficiente con que haya lenguaje. Menciona a los planetas, la luna, preguntando si los planetas hablan. En el seminario 16, refiere a los fenómenos de clima (lluvia, meteoro).
Para pensar la diferencia entre lenguaje y discurso, la psicosis nos muestra algo de esto. El psicótico está en el lenguaje, pero fuera de discurso.
Nos preguntamos ¿cuál es el funcionamiento de la falta? Un psicótico no podría ubicarse como tercero en el chiste (hago referencia al chiste que trabajamos la reunión anterior) pero si hace uso de la ironía.
En el seminario 18, establece Lacan que sólo hay acontecimiento de discurso. En la clase 2, del seminario 16 hace hincapié en que todo discurso tiene consecuencias.

No hay unión
Antes de tomar el cuarto párrafo, donde Lacan introduce algo en relación a las fórmulas de sexuación; menciona un problema de traducción del génesis donde dice: los creó hombre y mujer, y agrega Lacan: lo creó hombre y mujer (Comentario sobre andrógeno).
Tomemos lo que dice en el mencionado párrafo sobre, la no unión del hombre y la mujer sin que la castración intervenga de alguna manera. Dirá en otro seminario, el aforismo: no hay relación sexual. La castración se pondrá en juego de un modo para el hombre y de otro para la mujer:
*                 En el hombre, la castración interviene “en esa especie de guarida que la afirma como verdad en el partenaire que está realmente dispensado de ella, salvo exceso accidental”.[6] También enuncia con respecto al hombre, “(…) lo peor con lo que lo amenaza la castración como posibilidad no necesita suceder para ser verdadero, (…) este término no admite apelación”.[7]
*                 Y en la mujer, la castración determina “en calidad de fantasma la realidad del partenaire para el que esta es imposible (…) la imposibilidad de realización de la castración se plantea como determinante de su realidad (…)”[8].
Desde el inicio del seminario Lacan se interroga por el discurso analítico. Dice que en nuestro campo, al estar marcado por la castración, no se admite ninguna armonía entre el hombre y la mujer.  

"Cuanto más explicaba que Lacan hacía funcionar el fantasma como una molécula susceptible de ser estallada en dos átomos, tanto más el neologismo goce-sentido y ese juego de sentido-gozado toma la figura de átomo, y no de molécula. Es lo que Lacan sin duda trató de decir calificando especialmente la palabra analizante como palabra gozante. Lo que eso traduce, diría, es un esfuerzo para ir más allá de ese binarismo finalmente heredado de Descartes, el binarismo del significante de un lado y el goce del otro".

[1] Sem 16, Ed. Paidos p. 20
[2] Sem 16, Ed. Paidos p. 17 
[3] Sem. 16, Ed. Paidos p. 11
[4] Sem. 16, Ed. Seuil, p. 41
[5] Sem 16, Ed. Paidos p. 13
[6] Sem 16, Ed. Paidos p. 12
[7] Sem 16, Ed. Paidos p. 12
[8] Sem 16, Ed. Paidos p. 12                                                                                                                                               

Acta 2. 6/6/09

Un hombre, a quien llamamos “primero” aborda a una mujer, a quien llamamos “segunda”. Ya sea que el resultado sea un éxito o un fracaso se le impone contar la escena a otro, “tercero”. Podría se contado del lado de la hazaña o del lado de la burla sobre sí mismo.  Este otro, “tercero” como partenaire cumplirá un rol pasivo a la espera del relato, un rol femenino en el mismo punto en que reemplaza a la mujer, “segunda”, de la escena primera.
Al mismo tiempo  este otro partenaire en el chiste encarna diversos niveles: por un lado otro semejante al mismo tiempo que Otro tercero, Otro como tesoro de los significantes, lugar compartido desde donde se sanciona el efecto de chiste. Así el a y el A no son excluyentes.
Surge en relación a este tema un chiste sobre Claudia Shiffer.  En relación al cual se acotan varias cuestiones:
Hacerla vestir de hombre como velando algo de lo femenino.
Hacerla vestir de hombre para encarnar este tercero a quien contar la escena.
Se explicita la dimensión ambigua entre burla y angustia que implica el relato sobre lo acontecido.
En relación a la mujer, en cuanto a hacer que el deseo se dispare, se trata de vestirla y desvestirla, poniendo en juego claramente la función del velo de la castración.
Tomando el tema del deseo se explicita el estatuto del mismo a la altura del seminario 6:
El deseo es siempre la interpretación del deseo.
Se agrega entonces la propuesta que dice a la altura del seminario 10: la interpretación es la interpretación de la castración.
Si toda interpretación tiene la estructura del chiste, allí donde hay sorpresa, el efecto es posible porque se ha descompletado la batería significante. De allí la posibilidad, la condición para agregar un término es que falte otro.
Seminario XVI, Capítulo I
“La esencia…  es un discurso…”
C. Soler
Entonces no podría reservar placer/displacer al deseo y satisfacción/insatisfacción a la pulsión. Distingo rápidamente el uso de las palabras “goce” y “satisfacción”. El goce es del cuerpo, la satisfacción del sujeto.



                                                          

Acta 1. 16/5/09


Seminario 5.
Página 89
Equivalencia entre el placer de los niños por el goce vocálico, el juego con los sonidos, y el placer del chiste. Eso se reprime por darle sentido luego. Esa pérdida que se introduce de entrada, se pierde pero se “recupera”. Aparece recompensa con el chiste, con la aparición de un sentido secreto. Hay una tensión entre la pérdida del sentido, el suspenso y el reencuentro de alguna recuperación de placer. El signo de esto es la risa. Con la risa del otro como partenaire se recupera placer.
Hay necesariedad del otro, como semejante, como partenaire, que sanciona, y como lugar desde donde me vuelve el mensaje en forma invertida. El Otro es la terceridad.
La presencia o apelación a otro partenaire es clave para intentar recompensa. Lazo. Diferente a masturbarse solo (goce del idiota).
La clave es la recompensa y la vuelta por el otro para la “lograda y exitosa” recompensa.

Página 100.
La sorpresa, elemento fundamental.
Si no recupera, el deseo, indica la pérdida. Desechos.  Nivel metonímico. Dialéctica entre recuperación, recompensa y pérdida. Allouch en un trabajo sobre el duelo da el ejemplo del anillo. Metáfora: placer, deseo, realización, recuperación. 
Metonimia: pérdida.
Semejante a necesidad-deseo.
“Sombra feliz”, “logro cuyo vehículo es el significante”. Hay realización no plena. En cada momento que aparece nuevo placer hay una pérdida que se “inscribió”. Lo que se “escribe” es la pérdida. ¿Se inscribe la pérdida?. Surge discusión acerca de si hay o no inscripción de la pérdida.
Si hubiera inscripción no habría insistencia de repetición, habría identidad, no identificación.
La risa es una “sombra feliz” de un placer antiguo. Indica que hay una pérdida.
Mito de Orfeo y Eurídice.

Ambigüedad del “plus” (seminario 16, capítulo 1). Habla de una pérdida.
Marx: el objeto pierde valor de uso y pasa a tener valor de cambio. El trabajo del trabajador no reintegra. Hay un excedente de la producción. Esto se lo apropia el capitalista.
A quién pertenece ese plus?

Pág.103.
Juego con el paso de sentido y el Paso de Calais.
Metáfora: no realización plena de placer y además un paso de sentido. Diferente a la metonimia, donde sólo hay restos y desechos (ej. Signorelli, cuyos restos son Bo, elli, trafio, etc).
“El sujeto cosecha placer”.

Pág. 107.
Cosechar, recoger, recuperar y recompensar. Siempre se necesita otro y Otro. La vía es la asistencia de un otro. Y la segunda vía es la de la palabra. Siempre necesito un partenaire, desdoblado entre Otro y otro. La risa es un pago al Otro.



AGREGO
Decia en la reunion que me parecia que la asistencia del Otro primordial(proyecto), se reactualiza en cada momento en que demandamos la asistencia de un otro (Otro?) en las vias de la recuperacion de algun placer. Con el chiste se ilustra adecuadamente, solo no se puede:
la sancion, risa mediante, es parte de la “accion especifica” es decir de la recuperacion de algun placer ya perdido.

DE MI TESIS:
daniel
Además es necesario distinguir discurso analítico, de teoría analítica. Porque  la teoría analítica aparece como una reflexión de segundo grado (como un metalenguaje, que dice algo de lo que sucede en la sesión), en la que además  anotamos el funcionamiento de la resistencia. Teoría (observación), es una elucubración de saber sobre el inconsciente, al modo del discurso universitario.
En cambio cuando hablamos de discurso afirmamos una performance de lenguaje que no escamotea sus marcas enunciativas: el discurso del psicoanálisis es discurso analizante leído en el marco del deseo del analista. Por eso no se desentiende de los efectos de sujeto (desvíos, transposiciones, desfiguraciones, paradojas, etc.) que se ofrece asimismo a la lectura, sin pretender "metalenguajearse”.
La afirmación paradojal: es imposible que haya metalenguaje y es imposible que no haya metalenguaje; dice claramente que hay efectos de metalenguaje cuando el analista - que no piensa en el transcurso de las sesiones - se dispone a pensar el ”caso”. Reconocidos los efectos que van en el sentido del metalenguaje, el analista podría ensayar no elucubrar sobre el inconsciente sino que sus efectos palpiten en sus letras.
    El meta-lenguaje fracasa porque no dice lo que el lenguaje efectivamente muestra: la discordancia entre decir el acto y el acto de decir. Esta distancia  beneficia al lector, casi siempre, con un suplemento de incógnita: el meta-lenguaje, termina siempre mostrando algo más y diverso que su impotente decir. 
El discurso del psicoanálisis le "agrega" a la teoría psicoanalítica algo de la experiencia del análisis y de su transmisión. Es un saber "contaminado" de lo que su enraízamiento en la experiencia le aporta como una espina de verdad. Mientras la teoría en tanto tal, tiende hacia la forma catequética - exigiendo respuestas por un si o un no - el discurso analítico sería catacrético (Mannoni, 1982). La catacresis otorga a las palabras un sentido traslaticio para designar una cosa que carece de nombre especial (vg.:ojo de la cerradura), remite al hablar por abuso, y podría aplicarse a todos los tropos en la medida en que todos abusan del lenguaje.